No deseo ser realista, pretendo escribir música pero con palabras, porque los recuerdos suceden con música. Tengo trucos en el bolsillo y cosas bajo la manga, pero no quisiera ser un prestidigitador común. Pese a todo, no he podido determinar, si quiero mostrarles la verdad con la apariencia de la ilusión, o por el contrario, la ilusión con la apariencia de la verdad.....las palabras me preceden, me sobrepasan. Tengo que tener cuidado: sino las cosas se dirán sin que yo las haya dicho. Así como un tapiz está hecho de tantos hilos que no puedo resignarme a seguir solo uno....mi enredo surge porque una historia está hecha de miles de historias....



sábado, 16 de abril de 2011

WE CAN BE HEROES...JUST FOR ONE DAY...

“Hay hombres que luchan un día y son buenos”. Bertolt Brecht.

“Y vuelvo a crecer, sin miedo al cazador”. Lisandro Aristimuño.


¿Se puede ser héroe, solo por día? Así, como dice la canción de David Bowie. ¿Se puede intentar cambiar de un pincelazo el mundo? ¿Se puede hacer algo para sentirse vivo, antes de estar definitivamente muerto? ¿Se puede transitar la vida, sin ningún impulso? ¿Sin que ninguna fibra interna diga: ¡HAZLO!? ¿Se puede? Hay un momento, un lugar, para tomar una decisión, para tomar el mundo como quien se toma los pantalones, calzarse el traje de héroe aunque no este hecho a medida y hacer algo heroico. Yo tuve un momento así….déjenme compartirlo.


Cuando parecía que la noche del jueves iba cayendo en su fin. Claro, podría estar con Dieguito en el Jon Jon, hablando con la negra Mayra, mientras decimos “TODO BIEN!” y brindando con las meseras, o con Macchi en Crónico, delirando de cómo empeorar al mundo, o con Guille comiendo en el monoambiente mientras desfilan los fernetes y las anécdotas de Ushuaia, (aunque ya pasaron 4 años)….pero no. Tuve el impulso de salir a poner mi cabeza en orden. ¡LITERAL! Me voy a cortar el pelo. Decidido, lo llamo a Charles, arreglo y me voy para ahí.

Una vez ordenada la cabeza, salgo, me subo al auto, me espío por el espejo retrovisor, y si: ¡NICE! Prendo el stereo, tiro el shuffle (o aleatorio)…y suena Lisandro Aristimuño…no…vuelvo a tirar un shuffle….otra vez Lisandro Aristimuño…. bueno….tal vez sea uno de esas noches….empiezo a manejar…mientras la voz melancólica de este tipo me domina…pienso…escucho…canturreo…fumo…paso cambios…pienso en el black label que me voy a tomar cuando llegue a casa…hasta que sucede….

Llego a una esquina y los descubro, son dos autos. Dos autos, con alegría pueblerina, con fernetero respeto y responsabilidad al volante. Alegres, riendo, contagiando.


Y pienso: podríamos ser macchi y yo, correteando por Buenos Aires, o por Ramos, arrastrando algún colchón, o Guillermo, con sus impulsos nudistas de manejo, o el Bipo pidiendo que suba la música, o Diega sacando la cabeza por la ventana y riendo fuerte, para llamar la atención….mientras insiste en que se esta por garchar encima.


Transitamos mano a mano, rueda a rueda, hasta que los vemos: el control de alcoholemia. Descubro la desesperación de ellos, ante la amenaza. Pues claro, esto es así. En la vida hay una parte que ocupa la suerte y la otra el trabajo duro. Yo creo que los porcentajes son inmanejables, y van variando segundo a segundo. Creo que hay una parte que hay que tener bajo control, y otra que no, que debe ser azar puro. Casi, casi como un juego de poker. Hay que apostar, hay que jugar sin ver las cartas, hay que arriesgar, hay que salir borracho a manejar (con responsabilidad, por favor!! Siempre pensé que tal vez no estaría mal poder pasar la prueba de manejo, con algo de alcohol y de acuerdo al comportamiento de uno, que lo habiliten a manejar con cierto grado de alcohol en sangre…pero bueno…también digo muchas boludeces). Hay que correr riesgos, jugar al límite, a veces, otras veces no.


Y cuando uno arriesga, puede perder, y hay que estar preparado para eso. Ahí es cuando entra la suerte, el azar.


Por eso los veo a ellos y me veo a mi…y pienso…como van a salvarse? Ahí es cuando me decido, recordando alguna frase de Caballos Salvajes: “El hombre arriesga su propia vida cada vez que elige, y eso es lo que lo hace libre”. ¡Me inmolo! ¡Me sacrifico! Hago algo heroico! Por una vez. Por un día, seré héroe. Mañana, volveré a ser la misma persona normal. En ese momento, me invade el sentimiento de defender a mis iguales, de pelear por ellos. Yo eligo salvarlos a ellos, aun a costa de perjudicarme. Y de la misma forma que alguna vez hizo mi amigo Santi, cruzo el auto y en una maniobra peligrosa, me inmolo contra la alcoholemia. Háganme el control a mí. Estoy limpio. Dejen al resto. Me inflo el pecho. Me siento un héroe. Salve a unos pobres inocentes borrachines de caer en el control. Lo que hagan de ahí en más, es responsabilidad de ellos. Les di la posibilidad de tener otra oportunidad. Espero que no la desaprovechen.


10 minutos más tarde soy 30 pesos más pobre. Aunque el control me dio negativo, no pude convencer de ninguna forma al policía de que yo no tengo que usar anteojos, por más que mi registro diga lo contrario. ¡Qué es un error! ¡Una injusticia! Pero que sería de nosotros, los héroes, anónimos, los guerreros de este lugar, que pelean con el corazón, entre tanta soledad, sin la injusticia. Al fin y al cabo, un disfraz de Superman, me hubiese salido más de 30 pesos….








PD: Dedicada a Paula Resnik, al puñadito de ojos incondicionales, a los que viven en un mundo de fantasía, a los que comen almendras, y a los que quieren creer que aun quedan héroes por descubrir….algunos inmensos y otros pequeños.

2 comentarios:

Paula Resnik dijo...

se puede ser héroe todos los días, comiendo almendras con Lisandro. Gracias, Barba! cómo no te lo había agradecido antes acá! Hoy volviste a ser mi héroe

TrapecistadeCordón dijo...

:)
Sabes que te quiero Paulin!!!