Alguien se quejó: ¿Cuándo voy a aprender
que la gente no cambia?
Si fuese así, si la gente no cambiaría, tampoco cambiaría
la persona que escribió, por lo tanto; nunca lo aprenderá.
Pero si la gente cambiase, la que escribió aprendería;
por lo tanto también habría cambiado. Por lo tanto, se puede afirmar que la
gente cambia.
He aquí un pequeño dilema, o una simple mentira. Uno
aprende lo que quiere.
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