Todas las mañanas Rolando prende la radio, toma mate y mira por la ventana. Entre cebada y cebada mueve la bombilla. La da vuelta para hacer durar la yerba. En realidad lo hace para seguirse el juego.
El juego que realiza es el siguiente; calcula a ojo la cantidad de agua que pone en el termo para que la cantidad exacta de mates sean dieciocho. Ni uno más ni uno menos. Por lo general gana, pero a veces se queda corto y otras se pasa. Algunos días se enoja con lo que escucha en la radio, se desconcentra y rebalsa varias cebadas, haciendo peligrar la legalidad del juego. Cuando termina, sin importar el triunfo o la derrota, hincha sus pulmones de aire y luego suelta un suspiro fuerte que se transforma en un soplido, en un huracán bebé verdoso y húmedo.
Rolando cree que ese huracán bebé sigue su rumbo y es lo que hace girar el mundo. Luego se marcha, se pierde entre el resto de la gente que ignora su labor y lo empuja en el subte o le pide un moneda.
3 comentarios:
Me encantó!...
Y lo del huracán que hace girar al mundo, me recordó al título del libro de Murakami
CRÓNICA DEL PÁJARO QUE DA CUERA AL MUNDO.
Si no lo leyó, se lo regalo.
http://www.choapa.org/cronica.pdf
Nunca entendí por qué Murakami le puso ese nombre. En cambio el título de su relato T.O.C. está perfecto para su texto.
De chico tenía un ritual, debía salir del baño antes que el agua que giraba en el inodoro hubiese terminado de desaparecer, porque de no ser así, quién sabe que calamidades ocurrirían.
quise decir "cuerda" ... que da CUERDA al mundo
muy bueno...
tb tengo tocs a saco, doy fé que está muy bien descrito...
final muy misterioso y sugerente...
me gustó :)
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