No deseo ser realista, pretendo escribir música pero con palabras, porque los recuerdos suceden con música. Tengo trucos en el bolsillo y cosas bajo la manga, pero no quisiera ser un prestidigitador común. Pese a todo, no he podido determinar, si quiero mostrarles la verdad con la apariencia de la ilusión, o por el contrario, la ilusión con la apariencia de la verdad.....las palabras me preceden, me sobrepasan. Tengo que tener cuidado: sino las cosas se dirán sin que yo las haya dicho. Así como un tapiz está hecho de tantos hilos que no puedo resignarme a seguir solo uno....mi enredo surge porque una historia está hecha de miles de historias....



martes, 1 de mayo de 2012

Usted trabaje, y le aviso.


Ojo, ojito, que el trabajo no dignifica por sí mismo.
Lo que dignifica es realizar una tarea que te desafíe, que te estimule, intelectualmente, físicamente. Que te motive. Que te ahogue las ganas de martillar el despertador, y termines acariciándolo como si fuese una señorita pecosa. Que te haga un mejor ciudadano.
Lo que dignifica es amar al trabajo. Elegir porque uno lo ama, y no amarlo porque uno lo eligió.
Lo que dignifica es, incluso a pesar de que no te guste, que te de la satisfacción de poder mantener económicamente a los tuyos.
Lo que dignifica es poder no darle a cada uno el valor de su salario.
Lo que dignifica es aprender a respetar el trabajo ajeno, y no vivir mirando cuando dinero ganan los demás.
Lo que dignifica es no trabajar como una mula, abstraída de todo lo que pasa alrededor. Entender que hacés, para quien, y que representa en el mundo.
Lo que dignifica es respetar la capacidad de los que se prepararon pero también la de los que no lo hicieron. (El hombre es lo que hace con lo pudo y quiso aprender de lo que le quisieron enseñarle. Pensá que nuestro sistema de educación, gratuito y pagado entre todos, educó a Favaloro, pero también a Videla).
Te hablaría de pasión, pero es una palabra peligrosa, porque la he visto en las manos y en los ojos de gente que nos ven como números, que se dedican a estafarnos, a psicopatearnos con la intención de vendernos algo, que se satisfacen solo por el dinero. (Pensá, ¡pensá! Los directivos de TBA estuvieron dispuestos a gastar menos plata en mantener los trenes, solo para que la empresa gane más, con la sola excusa de que nadie los controlaba…pensar que en estos tiempos está de moda la responsabilidad social empresaria).
Feliz día, a los que hacen de su jornada de trabajo, ya sea con su intelecto o con su físico, algo que no sea infame, a los que hemos caído en una trampa y nos damos cuenta que la única forma de vencerla es trabajar por la gloria y no por el dinero.
Al resto, a los que se dedican a ver a los otros como números, o como mercados potenciales, o amenazas, que te guían hacia un sistema de eficiencia donde lo único importante es la ganancia, no, ni mierda… primero aprenderemos a dignarnos por lo bueno, luego nos indignaremos con lo malo.


Nota al pie: Mucho mejor leer las palabras del sudaca renegau. 

1 comentario:

Jou L'atelier dijo...

Buenísimo!!! está claro que hay que respetarse primero uno a si mismo para que después te respeten los demás.
Un saludo
Mjose