Yo no creo que exista ningún pretexto realmente valedero para matar alguien. El que mata por un ideal, antes que un idealista, es un asesino. Pero de ahí, a andar preocupándome por la muerte de Bin Laden, estoy muy lejos. Yo prefiero preocuparme por otras cosas, no me parece que la muerte de este tipo sea más terrible que la del pobre afgano que corría con una túnica, como un pobre beduino, y lo partió al medio un misil, o el pobre latino que estaba limpiando los baños de la torres gemelas, o el japonesito que estaba de turista esperando el tren en Atocha. Y mucho más aún el tipo que lo acribillan para sacarle la billetera, acá a dos cuadras.
Yo prefiero conmoverme por el pobre tipo que se murió de pena cuando tuvo que enterrar al hijo después un cáncer fulminante, el tipo que le da un bobazo por el stress de no poder mantener a su familia, o el tipo que se le detuvo el mundo porque la novia lo dejo, o la mujer que siente que una mañana le va a estallar el corazón, porque el amor de su vida cruzo sin mirar una avenida, y el 51 se lo llevo de paseo en el parabrisas a la quinta del ñato.
Vivimos en un mundo, donde siempre van a existir los contrastes, los matices. Para que exista justicia, tiene que existir injusticia. Para que exista gente buena, tiene que haber gente mala. Porque así fue concebido el mundo.
Pues bien, yo prefiero pensar en la gente buena, los héroes, los que pelean, los que no se rinden, los que trabajan, los que luchan por la belleza de las cosas. Yo prefiero alentarlos a ellos.
Yo estoy convencido de que los malos no van ganando, sólo tienen mejores agentes de prensa. Mientras nosotros podamos cantar, podamos sonreír, podamos leer, podamos escribir, podamos silbar, podamos trabajar, aun a cuesta de todo lo malo, no entiendo de que manera no se puede pensar que el mundo es un lugar hermoso. Yo no espero que todo este bien, no me interesa, porque se que no lo puedo lograr. Porque se que no se puede lograr. Lo único que me interesa es hacer la parte que me toca de la mejor manera posible, y eso, incluye decir buen día, sonreír, hacer un chiste, y reírme de todo lo que me pueda reír.
Yo prefiero conmoverme por el pobre tipo que se murió de pena cuando tuvo que enterrar al hijo después un cáncer fulminante, el tipo que le da un bobazo por el stress de no poder mantener a su familia, o el tipo que se le detuvo el mundo porque la novia lo dejo, o la mujer que siente que una mañana le va a estallar el corazón, porque el amor de su vida cruzo sin mirar una avenida, y el 51 se lo llevo de paseo en el parabrisas a la quinta del ñato.
Vivimos en un mundo, donde siempre van a existir los contrastes, los matices. Para que exista justicia, tiene que existir injusticia. Para que exista gente buena, tiene que haber gente mala. Porque así fue concebido el mundo.
Pues bien, yo prefiero pensar en la gente buena, los héroes, los que pelean, los que no se rinden, los que trabajan, los que luchan por la belleza de las cosas. Yo prefiero alentarlos a ellos.
Yo estoy convencido de que los malos no van ganando, sólo tienen mejores agentes de prensa. Mientras nosotros podamos cantar, podamos sonreír, podamos leer, podamos escribir, podamos silbar, podamos trabajar, aun a cuesta de todo lo malo, no entiendo de que manera no se puede pensar que el mundo es un lugar hermoso. Yo no espero que todo este bien, no me interesa, porque se que no lo puedo lograr. Porque se que no se puede lograr. Lo único que me interesa es hacer la parte que me toca de la mejor manera posible, y eso, incluye decir buen día, sonreír, hacer un chiste, y reírme de todo lo que me pueda reír.
El resto, me es inmanejable, y no me voy a dejar amargar por eso. Voy a amargarme cuando no pueda sostener el equilibrio en el cordón...eso si que me desvelaría...
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