No deseo ser realista, pretendo escribir música pero con palabras, porque los recuerdos suceden con música. Tengo trucos en el bolsillo y cosas bajo la manga, pero no quisiera ser un prestidigitador común. Pese a todo, no he podido determinar, si quiero mostrarles la verdad con la apariencia de la ilusión, o por el contrario, la ilusión con la apariencia de la verdad.....las palabras me preceden, me sobrepasan. Tengo que tener cuidado: sino las cosas se dirán sin que yo las haya dicho. Así como un tapiz está hecho de tantos hilos que no puedo resignarme a seguir solo uno....mi enredo surge porque una historia está hecha de miles de historias....



miércoles, 19 de diciembre de 2012

Deshojando margaritas.


era linda piba, estaba sentada en un banquito de plaza, deshojando margaritas con la angustia de quién tiene que decidir entre dos cosas.
Retiraba un pétalo y afirmaba: “Me casaré por amor”, luego retiraba otro y se corregía: “Me casaré por interés”, así sucesivamente.
Me dio pena, demasiada,sí; me invadió ese animal absurdo de lentes que come zanahorias crudas. Entonces me le acerqué y me permití darle un consejo.
-Discúlpeme, pero si tiene que decidir entre dos cosas; le conviene tirar una moneda. Deshojar margaritas es muy lindo como imagen poética pero es agresivo contra la naturaleza. Es lento y requiere mucha atención. ¿Pensó en la cantidad de margaritas que arrancan por año las damas dudosas? ¿Pensó en la cantidad de tiempo que se pierde entre la duda y la acción?
Luego me fui, con pasos de murga. Creo que ella se enojó y me insultó, imposible no poner aquella cara y no desearme otra cosa más que una lluvia de soretes de punta. Suele pasarme, aún no comprendo si es la forma o el contenido de lo que digo, pero sostengo que son ellas las que me malinterpretan.
El amor es una mierda y mucho peor es la duda, en cambio el azar…ah…eso es lo único que me puede salvar... 

sábado, 8 de diciembre de 2012

Incerteza.


En una de esas, si me pongo en un maceta y me tiro tierra encima, me transformo en planta.


A lo mejor, si me visto de blanco y pego un salto bien alto, me convierto en nube.


Consideró que si me pongo al final de una fila de hormigas y saco el culo para afuera, a la 
larga me aceptaran como una de ellas.


Supongo que si en pleno ensayo de quietud, alguien me da una mano de pintura, me convierto en pared.


Quién te dice, puede que vos no te parezcas a las rosas, sino que ellas te imiten constantemente.


Hace un tiempo que me aburre dar por cierto algunas recetas, prefiero mirarlas con una poco de desconfianza. 

sábado, 1 de diciembre de 2012

Pero el amor. (Hojas sueltas del diario de una galeanista).

Ay, pero el amor. Por lo general me gusta empezar a así, cuando no tengo nada para decir. Me gusta aquello de quejarme de lo bueno. Es como una forma de alejarme, de sentarme en una silla que no me pertenece. Andar por el mundo, pensando: “Mi culo no es digno de este asiento”. La dignidad es un asunto de dos o más cosas, me niego a usar mi raciocinio para determinar si es mi culo quien merece mejor asiento, o todo lo contrario, este asiento, puto y de madera, merece un culo mejor. 
Ay, pero el amor. El amor es como un pasaporte. Pediría un número capicúa, porque mi querido lector, oportunista como todo lector, todo se organiza alrededor de números. Sin números no existimos. Un amor o dos. Quince, veintialgo.
Ay, pero el amor. Caprichoso, desagradable, totalmente olvidable. Te amo amor, y te odio, que es lo mismo pero aún con más intensidad.
Ay, pero el amor. ¡Escribo del amor perro! Babosa, peludo. Amores que muerden las tapas de las biromes y mis zapatitos de mujer. Amores que despedazan las tapas de los diarios que quisimos leer para comprender la realidad.
Ay, de este amor. Un amor sin realidad, amor de locos, un amor que se viste con camisas de fuerzas y se aprieta las tiras. Un amor loco, y por loco, libre. Locura y libertad que creemos sinónimos.
Ay, de este amor, que es limpio, sea como sea, por naturaleza. Porque ella es limpia. Un árbol veteado de tierra, telarañas y rastros de alas de mariposas es natural, no es sucio. Sin embargo, un auto dominado de cenizas y polvillo está sucio