No deseo ser realista, pretendo escribir música pero con palabras, porque los recuerdos suceden con música. Tengo trucos en el bolsillo y cosas bajo la manga, pero no quisiera ser un prestidigitador común. Pese a todo, no he podido determinar, si quiero mostrarles la verdad con la apariencia de la ilusión, o por el contrario, la ilusión con la apariencia de la verdad.....las palabras me preceden, me sobrepasan. Tengo que tener cuidado: sino las cosas se dirán sin que yo las haya dicho. Así como un tapiz está hecho de tantos hilos que no puedo resignarme a seguir solo uno....mi enredo surge porque una historia está hecha de miles de historias....



domingo, 30 de octubre de 2011

Les erreurs qui ne changent pas au monde.

¿Se acuerda de aquel viaje a Europa? Yo estaba sentado frente de ella. Era hermosa. Íbamos en el tren, recién salidos del Charles De Gaulle.
¿Usted me entiende? Ella tan francesa, y yo apenas sabiendo como acomodarme la lengua para decir mercy o je t`aime. Que tonto puede ser uno. Ni pensar en un merci beaucoup, creo que me hubiese dado un calambre de lengua o me hubiese salido volando algún diente. Si hubiera intentado decir algo simple, aunque un poco más elaborado como “tes yeux sont comme deux étoiles brillantes qui illuminent mon chemin” se me habría caído, a gotas, el cerebro por la nariz.
El tren nos hacia saltar un poquito cada tanto. Las vías de los trenes de Francia estaban tan mal, como en cualquier otro lugar, sépalo. Y ella, acomodada, en el asiento, con la mirada tan francesa, acompasando los saltitos del tren sobre las vías. Han notado que las mujeres lindas, no las hermosas, ni las pulposas, ni las jóvenes, ni las sexuales, sino las lindas: ellas sueltan brillitos en intervalos de tiempos regulares. Siempre me he preguntado si el resto de las personas lo pueden ver, o sólo soy yo quien puede apreciarlo. ¿Nunca les ha pasado? Estar en mitad de la noche, con los ojos cerrados, y sin mucho preámbulo, sentir un fuego o mejor dicho, un destello de brillitos. Y escuchar un ruidito, es el ruido de los brillos cuando caen sobre algo, uno mismo o cualquier otra cosa. Y abrir los ojos, casi con el apuro de alguien que presiente que va a tener que salir corriendo de la habitación porque hay algo que se esta incendiando. ¡Imagínese! Si hay algo que me genera terror es tener que salir corriendo en mitad de la noche, es por la única razón por la que duermo en pijama.
Le decía, abrir los ojos, y ver a esa señorita al lado suyo, linda. No le cabe otro adjetivo. Tal vez para otros sí, pero para mí, no. Tenga en cuenta que los adjetivos son algo tan subjetivo.
Si usted la hubiese visto. Ella ahí, con las piernas una encima de la otra, tan delicada, como dos enredaredas de piel y huesos. Los brazos, como dos ramas delicadas, apoyadas en sus muslos. Era: ¡linda!. El pelo acomodado, peinado hacia el costado. Y una remera, verde. ¿Me entienden ahora? No sé si hubiese vestido otro color me habría llamado tanto la atención.
Y yo ahí, sentado enfrente, con tanto francés por aprender, despoblado de palabras. ¿Cómo se seduce a una mujer sin poder emitir una palabra? Nos quedamos en silencio. -El que no esta dispuesto al silencio, no esta dispuesto a amar - pensé.
Le hubiese tocado la ceja, se la hubiese despeinado con el índice hasta arremolinársela. Luego hubiese caminado por su nariz, lento, hacia abajo, hasta llegar a su boca; ceder la resistencia del labio, y seguir bajando hasta dominarle la pera con el índice y el pulgar. Y ahí llenarme los labios de dudas. Me gustan los labios cuando se llenan de dudas. Las certezas me quitan las ganas de besar. En cambio, unos labios bien carnosos, llenos de duda pegajosa, son una invitación a un beso.
Qué ganas prontas, de arrancarla de un tirón del asiento y que saltemos juntos de la ventana del tren. Y perdernos. Bajar por la Rue de Vaugirard y meternos adentro del Jardin du Luxembourg, y llenarnos de pasto los bolsillos, tirarle piedras a la fuente o meter el dedo gordo del pie en el agua. Atravesar el Champ de Mars y tirarnos al pie de la Torre. Caminar por el Montparnasse, y respirar, hondo, y sentir los olores que sintieron Bretón, Beckett, Miró, Dalí. O vagar por el Quartier Latin y besarnos dulce, desnuda y tiernamente frente a la Sorbonne.
Pero no, no hice nada de eso. Aquello de despeinarle la ceja me sonó poco francés, no lo recuerdo, no quisiera.
Tal vez fue un error. El tipo de error que no cambia el mundo.

lunes, 24 de octubre de 2011

Invocación del sueño X - Un "coso" para grabar los sueños.

“Descobri que minha arma
é o que a memoria guarda”
Milton Nacimiento.

Me desperté, entrelazado en las sabanas.
Estuve durmiendo mal, desde hace unos días. Entiendo, por puro empirisismo, que son esas circunstancias las que me llevan a poder tener algo de conciencia en un sueño y sobretodo, poder recordarlo.

Me desperté riéndome. Había sucedido, en el sueño, algo muy gracioso, un chiste, casi como un paso de comedia teatral o televisiva.
Debía tener tres o cuatro horas de sueño, y por culpa de eso, un dolor de cabeza terrible, por lo que me volví a dormir.
Con dos horas más de descanso, me volví a despertar, ahora sí, con la cabeza un poco más aliviada. Me quedé mirando el techo y me acuerdo del sueño. Trato. No puedo. Me acuerdo de haber soñado, me acuerdo de haberme despertado riéndo, es más, estoy casi seguro que eso fue lo que me despertó, las ganas de reírme. Los sueños pueden ser muy poderosos, ¿por qué no pude reírme en sueños? Hago memoria. Recuerdo alguna vez, haber soñado con algún beso, alguna comida y algún olor (¡no en el mismo sueño! ¡por supuesto!) sin haberme despertado.  Decididamente, debe haber sido un chiste muy bueno. Me siento un poco irresponsable por haber dejado morir ese chiste, no son tiempos para andar sepultando cosas que nos den risa.
En adición a lo anterior, recibí un comentario (1) en uno de los post de invocación del sueño. Un señorita contaba que una vez, soñó (valga la redundancia) que inventaba un dispositivo para capturar las imágenes de los sueños.
Pero este mundo, vanagloria otros tipos de inventos. No puedo dejar de sentirme raro cuando alguien habla de la “obra” de Steve Jobs (2). Siempre pensé que el uso de la palabra “obra” estaba reservada a los artistas, o los albañiles. No reniego de la tecnología, pero me la he pasado escuchando que nos mejora la vida y el trabajo, y sin embargo, a más tecnología, más horas por día trabajamos y menos tiempo le dedicamos a las cosas lindas de la vida. Hasta el gerente con menos rasgos de humanidad que conocí, una vez me dijo que la verdadera vida, comenzaba luego del trabajo.
Me aconsejó releer “La Invención de Morel” de Bioy Casares y volver a ver “No te mueras sin decirme a donde vas” de Eliseo Subiela. No tengo muchas esperanzas, pero tal vez, con eso y sumado a los años en la facultad de ingeniería, se me ocurra algo. No sé exactamente como sería, pero necesitamos un “coso” para grabar los sueños. Supongo que tendría el tamaño de un televisor de esos antiguos. Por lo menos hasta que lo mejoren y lo hagan tan chico que lo puedan adosar a un teléfono celular.
Por lo pronto, dormir con una hoja y un lápiz en la mesa de luz, parece una buena idea.

PD: Que lindas las noches cuando son una duermenovela.



(1) ¡Gracias Valeria!
(2) Para mí, los mejores aportes de Steve Jobs a este mundo, han sido las charlas motivadoras que dio en la Universidad.

sábado, 22 de octubre de 2011

Cosas que te hacen sonreir.

http://almacendemisterios.blogspot.com/2011/09/invocacion-del-sueno-i.html

:)

La casa violeta.

Estaban borrachos.
Ortamendia, Alves y Goyeneche. Los borrachos son el mejor ejemplo de libertad. El borracho es un héroe de la libertad de expresión.
Así caminaban, por Palermo, libres. Gritoneaban, arrastrando las palabras. Culpa de los vasos vaciados, las vocales eran lentas, los diptongos se desdiptongueaban, los acentos se mudaban y las haches tenían sonido.
La voz del borracho, es diferente a las otras voces. Es gutural, es abisal. Habla de las cosas, como si las cosas estuvieran desnudas. Así como hay un yo, y un súper yo, debiera haber un yo borracho. Un borracho es un resumen de certezas y seguridades, aunque con la motricidad totalmente arruinada. Dice lo que quiere, de la forma que se le ocurre. El borracho es un violador de la burocracia mental como método de control emocional.
A mitad de camino, se acercaron a un cantero para orinar.
-Esta ciudad es hermosa- dijo Alves, sin perder concentración en lo que hacia.
-Esta ciudad, es un elogio al gris. Una bobera. Los mediocres quisieron disfrazarla de Paris o Londres. A esta ciudad le falta color. ¿Alguna vez viste un edificio pintado de violeta? ¿Por qué no reinventamos esta ciudad en color? ¿O no goyo?- Mientras hablaba, Ortamendia giro su cuerpo hacia Goyeneche, salpicándolo de orina.
Poco le importo a Goyeneche, no guardaba espacio para la violencia con tanto alcohol en sangre, e incluso tampoco noto que su propia orina caía sobre sus zapatos.
-El otro día vi una casa pintada de violeta. Creo que era cerca de Plaza Guemes, por atrás de la iglesia Guadalupe- respondió Alves.
-Yo también la vi. Esta sobre Guatemala- agregó Goyeneche.
-Bueno, hay que ir a verla, ¡vamos a ahora!-Dijo Ortamendia, se subió la bragueta y empezó a caminar.
A ritmo alcoholizado, lo siguieron. Las calles de Palermo de esa noche, eran raras. Había lugares oscuros y silenciosos y otros iluminados con continuo ruido de autos.
-Vamos a formar brigadas de colores. Eso es lo que hay que hacer. Los vecinos nos van a ayudar- dijo Ortamendia y luego se llevo las manos a la boca, como imitando un megáfono y le pregunto a Palermo si tenía razón, y se rió fuertemente con el goyo y Alves.
-Sería lindo una casa verde. El verde es un color inteligente. Podríamos hacer una escala. Por ejemplo, yo pintaría de negro las casas de los abogados. Las casas de los financistas podríamos pintarlas de gris. Ellos se merecen una casa gris, y rodeada de casas de colores. Aparte podría saber donde viven, y mearle la puerta.- Dijo Goyeneche.
Al llegar la descubrieron. No habían mentido. Era una casa enorme, al frente, de dos pisos, de piedras. Y estaba pintada de violeta, furiosamente hermosa. Resaltaba. Era como ver una casa subrayada.
Y así se quedaron, en silencio, soñando en colores, y mirando una casa pintada de violeta.


La deseducación.

Yo quisiera ir por el mundo,
Así (como no voy)
Deseducado,
Para no pasar tan desapercibido
Para darle paso a una vieja
O no eructar en voz baja

Deseducado,
Para no confundirme,
Amor y matrimonio.
Para borrar lo que he aprendido;
Porque una mitad estaba mal,
Y la otra, un poco confundida

¡Desedúqueme señora!
Inviteme a arrancarle
Los algodones tontos,
Y dibujarle nubes en la espalda,
A mordizcos.

¡Desedúqueme señor!
Para que no intente negociarle
El pan y el vino
Desubiquémosnos
Juntos los dos.

¡Desedúqueme maestra!
Bórreme las letras bobas
Relléneme de poesía
Y mentiritas,
y cuentos.

Mienteme un mundo,
Que yo te lo creeré.
Donde me olvide
Lo que aprendí,
Mal aprendido.

Así va el mundo, sin preocuparse en deseducarme lo que aprendí, y que es tonto, tonto, tonto.

viernes, 21 de octubre de 2011

La comunión del acto y el pensamiento.

Alicia se sienta y dibuja. Con trazos finos, adivina un caracol. Que se enrosca, que se mueve quieto.

Alicia se lo cree, y pronto se transforma en ese caracol, y sonríen como uno, y la hoja suelta brillos y trazos de sonrisas.

-¿Estará bien que sea así?- se pregunta.

Y está bien así Alicia. Eso sucede cuando hay comunión de lo que piensa, con lo que se hace, con lo que se es, con lo que se imagina, con lo que se desea.

Me ha pasado. Por más distancia que se ponga a lo que se escribe, uno termina creyéndoselo, uno termina siendo eso que escribe. Imposible ser objetivo cuando uno es tan subjetivo. 

miércoles, 19 de octubre de 2011

Los portadores de pecas VIII : La lección de Alicia.

Alicia se hunde. Se deforma la cara contra el hombro de mamá.

-¿Qué te pasa?- pregunta mamá.

La palabra sale muda. Mamá entiende, un poco. Mamá sabe, cuando no salen las palabras, hay que aprender a escuchar los ojos.

Alicia llora. Llora por el sueño que se hace chiquito y se le mete en el lagrimal, y sale, rueda, como una bolita de nieve bajando por su rostro, y cuando es demasiada tristemente pesada, se despega de su cara y estalla en el piso. Y así se descubre el ruido que tienen las pérdidas.

Alicia llora. Llora porque la inocencia le encandila los ojos. Y no ve. Que mira para allá, que se estira con las pestañas, que se alarga la pupila, y nada.

Alicia llora. Llora porque hay muchas equis, y no es fácil. Llora porque reemplaza y reemplaza; ¿y la solución? No la encuentra. Y apoya el oído al pecho de mamá, a ver si escucha.

Mamá le mira los ojos, y ve: las equis, el sueño, y la inocencia. Le dibuja un remolino en el pelo. Le desordena la cabeza. Fuerte. Porque sabe, si le desordena la cabeza, Alicia piensa de otra forma y la tristeza se termina poniendo patas para arriba y se confunde, se marea y se atonta. Si tiene suerte, se cae. Y así descubriría el ruido de la tristeza cuando se rompe contra el piso.

Harta de llanto, Alicia se levanta y se mira al espejo, y comprende la lección. Por más que llore, que refriegue su cara en el hombro de mamá, por más que las trizas de tristeza no se desparramen en el piso; las lágrimas no borran las pecas. Y mientras haya pecas, habrá sonrisas.

A veces tardan.

sábado, 15 de octubre de 2011

Al otro lado del río.

El otro día, estaba en un café, leyendo/haciendo tiempo, y me canse del libro, lo tire al costado. Agarre una de las revistas del revistero y le empece a dar una mirada.

Encontre una nota de una ciudad de Lituania; Uzupis.

Pegada a la capital, Vilnius, el districto de Uzupis, se ha declarado en 1997, como una República. Meca de bohemios y comparada con Montmartre de París, sus 120 habitantes que viven en los 0,60 metros cuadrados han elegido su propia bandera, moneda y presidente.

En contraste con el resto de los presidentes del mundo, Uzupis es presidido por un artista, Romas Lileikis, director de cine, músico y poeta, frecuente visitante del café de la ciudad.

Todos los primero de abril, el pueblo festeja su soberanía, coincidiendo con el April`s fool day, algo similar al día de los santos inocentes, donde la gente suele realizarse bromas.

Uzupis, significa “al otro lado del río”, y debe su nombre al Río Vilna, que bordea la capital de Lituania, Vilnius.

Defendida por su ejército de 17 hombres, también ha declarado su constitución:

  1. Todo el mundo tiene derecho a vivir al lado del Rio Vilna siempre que acepte que el Río Vilna tiene derecho a ser rio al lado de todos.
  2. Todo el mundo tiene derecho a agua caliente, calefacción en invierno y un techo.
  3. Toda persona tiene derecho a morir, pero no es obligación.
  4. Cada persona tiene derecho a equivocarse.
  5. Toda persona tiene derecho a la individualidad.
  6. Toda persona tiene derecho de amar.
  7. Toda persona tiene derecho de no ser amado, pero no necesariamente.
  8. Todo el mundo tiene derecho de ser desconocido y anónimo.
  9. Todo el mundo tiene derecho al ocio.
  10. Todo el mundo tiene derecho de amar y cuidar a su gato.
  11. Todo el mundo tiene derecho de cuidar a un perro hasta que uno o el otro muera.
  12. Un perro tiene derecho a ser un perro.
  13. Un gato no esta obligado a amar a su amo, pero si debe ayudarlo en tiempos difíciles.
  14. Todo el mundo tiene derecho de desconocer sus obligaciones, de vez en cuando.
  15. Todo el mundo tiene derecho a dudar, pero no es una obligación.
  16. Todo el mundo tiene derecho a ser feliz.
  17. Todo el mundo tiene derecho a no ser feliz.
  18. Todo el mundo tiene derecho a permanecer en silencio.
  19. Todo el mundo tiene derecho a tener fe.
  20. Nadie tiene derecho a la violencia.
  21. Todo el mundo tiene derecho a comprender su insignificancia y de su magnificencia.
  22. Nadie tiene derecho a tener un designio sobre la eternidad.
  23. Todo el mundo tiene derecho a entender.
  24. Todo el mundo tiene derecho a no entender.
  25. Todo el mundo tiene derecho a tener varias nacionalidades.
  26. Todo el mundo tiene derecho de celebrar o no celebrar su cumpleaños.
  27. Todo el mundo recordara su nombre.
  28. Todo el mundo puede compartir lo que posee.
  29. Nadie puede compartir lo que no posee.
  30. Todo el mundo tiene derecho de tener hermanos, hermanas y padres.
  31. Todo el mundo es capaz de ser independiente.
  32. Cada uno es responsable de su libertad.
  33. Todo el mundo tiene derecho a llorar.
  34. Todo el mundo tiene derecho a ser incomprendido.
  35. Nadie tiene derecho de hacer sentir culpable a otra persona.
  36. Todo el mundo tiene derecho de ser personal.
  37. Todo el mundo tiene derecho a no tener derechos.
  38. Todo el mundo tiene derecho a no tener miedo.
  39. No derrotar.
  40. No soportar.
  41. No rendirse.
Hay gente que no sabe cual es su lugar en mundo, y viaja, va, viene, se pierde, se encuentra, se enmienda, se queja, se desarma, se llora frente a un mar, se desarma frente a un pantalla empujando el cursor hacia el punto final. Sale al sol, y se crucifica, desgarrado. Otros, simplemente, se lo inventan.

Será cuestión, de ver, de mirar al otro lado del río. Ha de pasar lo mismo en todos los lugares de este mundo; hay un límite, una frontera, un río, una línea, un muro, una pared, una valla, un alambrado que separa, que divide, y será cuestión de pensar si estamos del lado correcto.



De este mundo.

De este mundo, me gustan las miradas, muchas, la mayoría. La de ojos dulzones, la de los preguntones, la de los subrayados, la de los celestes casi como cristales veteados, la de los llenos de cositas tontas, la de noentendímerepetislapregunta, la de megustanhastatuserrores, la de los que tropiezan, la de los que están esperando. Me disgustan la de los porelmismopreciopuedellevardos, la de estabarato, la de quierecambiarsucelular.
Me gustan los olores, los de la piel, los del sudor ganado, los de los perfumes que mienten lindo, haciéndome creer que son naturales, los del pasto, los del tabaco.
Me gustan las palabras cuando riman, aunque no digan nada, las simples, las que me sacan sonrisas, las que están escritas con ganas, las que no dicen boberas, las que se le caen estrellitas, y las que brillan, aunque sea un poco, cuando están en una hoja.
De este mundo, me encanta la manifestación de la pasión, la adrenalina, los labios que si, las curvas sin carteles, las ropas que se destienden, las voces que no suenan tan nasales, las pecas, los lunares no mentidos y las medialunas en las espaldas, las señoritas, las fotografías, la música, y otras tantas más.
Me aburren los activos, los pasivos, el patrimonio neto, las cuentas por pagar y por cobrar, los formularios, los documentos, la burocracia, las reservas, la previsiones, los pronósticos del tiempo, el margen, las agendas, las revistas de electrodomésticos, el costo fijo, la inversión, las reglas y las leyes.
Ese es mi problema, todas las cosas que me gustan no me producen dinero, y de cara al mundo, lo miro, nos miramos, los dos, sin saber quien esta más equivocado…

miércoles, 5 de octubre de 2011

¿De qué estamos rellenos?

 "Stay Hungry, stay Foolish". 
Steve Jobs


Ejercicio: ¿Qué pasa si tomas un recipiente a presión atmosférica, lo cerras y lo expones a una presión mayor?
¿Qué te dice la física? Que presión es fuerza sobre superficie, si esa fuerza es mayor que la fuerza del interior del recipiente, va a terminar por deformarlo.
De acuerdo al material del recipiente, esa fuerza, puede deformarlo de manera permanente o al retirar esa presión, puede volver a su forma inicial, sin experimentar deformación residual.
Si ese recipiente hubiese sido cerrado en un completo vacío, la diferencia de fuerzas, sería más grande aun.
A veces uno siente eso. Esa terrible presión en el pecho que lo oprime, y te mete para adentro, que te cierra.
Para mí, esto tiene que ver con lo que uno este relleno. A veces uno se cansa, y se siente un poco vacío, pero otras toma fuerzas y se siente lleno, relleno. Pero ¿de que esta relleno uno? ¡Ni modo de saberlo! No me abriría el pecho con un cuchillo a ver que sale. Vaya a saber que tengo escondido entre los pulmones, más allá de humo, o entrelazado entre mis intestinos. Atrás de las astillas de la milanesa de anoche, o junto al hígado. Pegado a las cuerdas vocales, o al lado del hipotálamo.
¿Habrá un puñado de historias entrecortadas?
¿Quedarán los besos a lengua viva entre los ventrículos, que se tensionan y distensionan con el sístole y el diástole?
¿Esas imágenes de las farras, de meta acordeón y guitarra?
¿Habrá un cartel, pegado en el interior de mis costillas, con fotos de los Beatles?
¿Habrá palitos, tras palito, tras palito, contando los no, que no, que tal vez, que otro día, que hoy no?
¿Habrá pecas?
¿Habrá un retrato de la reina de Inglaterra, con los bigotitos pintarrajeados con crayón? ¿O la foto de Bush con cuernitos?
¿Habrá un falso zurdito contradictorio que trabajaba en una multinacional? ¿O un borrachín que le apasiona todo lo que no genera dinero?
¿Habrá balance de los logros y deslogros?
¿Habrá un coso, tipo un balde, donde se junte la paciencia?
¿Habrá una sala de prueba y ensayos para poner cara-de-nada?
¿Habrá huequitos tontos? ¿Esos huequitos, vacíos, que te deja un sueño cuando se muda? O cuando se va. ¿Qué hacemos cuando se van? ¿Los salimos a perseguir? ¿Como se persigue un sueño? ¿Si no tienen patitas? ¿Para donde corren?
No importa que sea chiquitito como una uñita de dedo de pie de bebe o enorme como las orejas de un elefante; si alguien ve uno de mis sueños por ahí, me avisa.  No estoy seguro como lucen, pero imagino que puede que vistan de violeta o verde, el pelo lacio, una voz como de guitarra española, anden con una sonrisa en la cara, y digan un montón de cosas cursis.
Aunque no tengo un inventario, puedo convivir con el resto de las cosas de las que estoy relleno, pero me gustaría estar relleno de la mayor cantidad de sueños que me entren. No estoy para andar perdiendo sueños por ahí.
¡Gracias!

lunes, 3 de octubre de 2011

Conversación de una damita y sus zapatos.

Los zapatitos me apretan.
Yo me los sacaría (¡Así! Como con un golpe seco hacia arriba y que vuelen lejos) pero no…los zapatos son como mascaritas para los pies, ¿lo notaron? Uno no puede andar por el mundo con los pies desnudos.
En este mundo careta y torcido la gente anda mirando al piso. Yo pensaba que estaban tristes. Pero no. ¿Saben porque hay tanta gente mirando hacia el piso? El otro día me di cuenta. Porque la gente te mira los zapatos. Una mujer vale lo que sus zapatos. Nosotras, nos pensábamos que, o éramos rubias o morochas, o tal vez coloradas, pero no, nosotras somos los zapatos que usamos.
Somos tacos aguja, o chatitas, o de cuero, en punta, altos, dorados, negros, de plástico, tipo bota, tipo botín, o simplemente zapatos viejos.
Mi madrecita, siempre me dijo que en la vida hay que hacer sacrificios. Yo tarde en comprenderlo, pero lo entendí. En la vida, hay que aguantarse que los zapatos te lastimen el talón, o que te machuquen los pies, que te aprieten las carnes, o que no te dejen correr, o andar haciendo equilibrio en el cordón. Hay que ser valiente. No importa que se te encarnen las uñas, o te lastimen el dedito chiquito. Las ampollas son símbolos de dignidad femenina. Porque una mujer, si ha de serle fiel a algo, es a sus zapatos. Una no puede abandonarlos. 
Una tiene el valor que tienen sus zapatos, mientras más caros, mas vale uno….ya nadie ama los pies descalzos…nadie...
¿Has sentido el pasto en tus pies? ¿Te ha quemado el asfalto la planta del pie? ¿Te los ensuciaste en la tierra alguna vez? ¿Has vuelto a tu casa, con las patas negras, negrísimas, y una sonrisa en tu cara?
Ya nadie esta tan vivo, ya nadie es tan libre. Nosotras estamos presas. De los pies. Todas y cada una de nosotras.
¿De qué manera puedo ser verdaderamente libre, si tengo los pies metidos en esto?
Los zapatitos me apresan. Pero me la banco. 

domingo, 2 de octubre de 2011

La comunión de pensamiento.

Estoy leyendo.
A veces me es difícil. Leo, y empiezo a pensar en otra cosa. Por influencia o simplemente por distracción.
Empiezo a divagar. Pienso, valga la redundancia, que pensar es abrir puertas. Escribir, es el intento de describir lo que se ve al abrir esa puerta.
Cuando uno escribe, termina por volverse un desgraciado. De debatirse con la angustia de la hoja en blanco, acaba con la angustia de la hoja llena de preguntas.
Es inevitable. Uno escribe con el objeto de ordenar lo que piensa, de organizarlo en pilitas, y no tener que estar improvisando todo el tiempo. Lo cierto es que termina contestando preguntas, con más preguntas.
Las certezas y las respuestas terminan con signos de interrogación.
Caemos en la melancolía, como las hojas en otoño. Es la profundidad de la tristeza que te inunda, porque sentís el reflejo del mundo en tus ojos, y apenas te alcanzan las palabras para decirlo, y para describir lo que  ves, lo que queres cambiar.
Me quedo serio, mirando el libro, perdido. Pensando. Se que voy a escribir algo sobre eso.
Vuelvo a leer, avanzo unos párrafos, y leo:
“Y hasta me pregunto: ¿Y yo mismo? ¿Soy bueno, yo? ¿O soy malo? Me atormentan las dudas sobre mi identidad: dudas muy de nosotros, los escritores, bien lo sé. Para nadie es un misterio que los escritores tenemos el alma condenada al infierno de la angustia incesante: en el centro de ese hervidero, nuevas dudas responden a cada certeza y nuevas preguntas responden a cada pregunta”.
Sonrío, y cierro el libro.
No estamos solos, sólo apartados. Hay comuniones por todos lados. ¿Cómo se celebran las comuniones de pensamientos? 

Ejercicio nro 1 para verificar si usted esta vivo.

1- Lleve una flor a la punta de su nariz.

2- Aspire profundamente.
3a- Si el aroma que siente le resulta agradable, usted esta vivo.
3b- Si el aroma, aparte de resultarle agradable, le trae algún recuerdo, usted esta vivo,  y tiene rasgos de humanidad.
3c- Si además de cumplir el punto 3a o 3b, usted estornuda, es posible que sea alérgico.
3d- Si usted no experimenta las opciones a, b o c, no se desespere, es posible que usted, igualmente este vivo, aunque dudo que pueda tener una vida linda. 

Los olores son una de las pocas cosas que no pueden describirse por si solas. Hay que compararlos con otro olor.