No deseo ser realista, pretendo escribir música pero con palabras, porque los recuerdos suceden con música. Tengo trucos en el bolsillo y cosas bajo la manga, pero no quisiera ser un prestidigitador común. Pese a todo, no he podido determinar, si quiero mostrarles la verdad con la apariencia de la ilusión, o por el contrario, la ilusión con la apariencia de la verdad.....las palabras me preceden, me sobrepasan. Tengo que tener cuidado: sino las cosas se dirán sin que yo las haya dicho. Así como un tapiz está hecho de tantos hilos que no puedo resignarme a seguir solo uno....mi enredo surge porque una historia está hecha de miles de historias....



martes, 27 de septiembre de 2011

Basta a la burocracia.

¿Cómo te explico? Tenes que acercarle la nariz. Fijate, en el cuello tiene como unos rollitos, bueno, es ahí. Pone la nariz, y respira. ¿Sentís? Es como un olor a un montón de cosas. ¿Y cómo puede ser que tenga olor a tantas cosas? Si recién comienza. Es el olor del principio de un mundito.

Camila canta. Se le envuelven los rulos rubios, se le mezclan con los falsetes, allá; arriba y vertical, que salen y bajan por un tubo que no existe. Se sostiene el aire. ¿Cómo flota algo que no veo? Suerte que tengo la imaginación.

Camina. Pie izquierdo adelante, punta y taco, luego pie derecho, y se van intercalando. ¿Cómo se llama? No te importa, por ahora sólo piernas, y tienen los pies pequeños, chiquititos. Las princesitas tienen pies chiquitos, siempre ha sido así. Y la matemática me enseña: a menor superficie de apoyo,  más difícil mantener el equilibrio. ¿Será por eso que las princesitas necesitan de principitos? ¿Para ayudarlas a hacer equilibrio? ¿Y las princesitas que caminan solas? ¿Son menos princesas?

Hay un abismo al borde de un escote. Por algún lado, perdido, dice:  100% Algodón. Podría decir cosas más lindas. ¿O será a modo de control de calidad? Pronto no dirá nada. ¡Arrancaré las etiquetas!
  
Busco. No veo ninguna manchita. Completamente azules. Me los creo. A esos ojos, me los creo, enteros. De las pupilas a los párpados.

¿Qué quiero decir con todo esto? No lo sé. ¿Nunca han tenido la necesidad de describir las cosas lindas que uno descubre? ¿No han sentido que hay una comisión que se dedica a supervisar lo que uno dice? Y va diciendo: qué sí, qué no, qué después.

Me pudre la burocracia. Uno se la pasa pidiendo permiso para todo.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Los portadores de pecas VII: Sindicato del pecoso

Circular número 1 del Sindicato del pecoso.

Sepa usted, que es posible mentir un lunar. De alguna forma se hace. Tome un lápiz. Preferentemente uno de esos que las mujeres usan para subrayarse los ojos y hágase un círculo en la parte del cuerpo que elija. Procure no dejarlo hueco o vacío, porque a simple vista, los lunares no son huecos o vacíos (no entraremos en observaciones metafóricas….pero podríamos).
Si quiere hacerse el/la lasciva o sexual, miéntaselo arriba de los labios, que eso siempre queda sexy y llamativo. Y de querer repetirlo, recuerde el costado que eligió, porque los lunares no suelen moverse demasiado por la cara.
Ahora bien, usted puede mentirse todos lo lunares que quiera, pero sepa, muy bien, que no es posible mentir una peca. Una peca solo es portada por un pecoso. (Punto).
Por la circular gremial número I del Sindicato del pecoso, hacemos de público conocimiento, que todo aquel que osará intentar mentir una peca, será repudiado por todo el Sindicato y obligado a arrepentirse de sus actos. Pero un arrepentimiento bien, no de esos que uno dice, “perdóname mi amor, no lo hago más” cuando llega con olor a cerveza, a las once de la noche de un jueves. Sino algo sincero, y pensado, como cuando tu mamá te manda a la cama sin cenar, porque le ataste una cuerda con latitas a la cola del gato.
De misma forma, comunicamos que el Sindicato, podrá tomar acciones violentas, como convidarle chocolates derretidos o caramelos aplastados.
En caso de reincidentes, el Sindicato tomará medidas como piquete de ojos, bombita de olor, condimentar mal las ensaladas, abolir las papas fritas, y sacarle el gas a las gaseosas.
Quedan ustedes, debidamente advertidos.

Saluda atte.
Sindicato del pecoso.

domingo, 18 de septiembre de 2011

A veces uno se cree que las pupilas tienen lengua y pueden soltar palabras. Te miro lento, y entrecierro el ojo izquierdo, me pongo bizco del derecho. Y nada. Pruebo cerrándolos con fuerza un instante, y obtengo el mismo resultado. Cierro sólo uno, el derecho. No veo ningún cambio en tus ojos. ¿Será que nuestros ojos hablan idiomas diferentes? ¿O será que los míos hablan de una forma muy despelotada?

¿Será por eso que corro luego a escribir? ¿Es para eso que uno escribe? ¿Para decir lo que dicen los ojos? ¿Para poder ordenar lo que dicen los ojos, que se despelotan cuando te ven? ¿Para poder  primerear lo primero, segundear lo segundo, y ultimar lo último? ¿Para poner las cositas de uno en piloncitos prolijos? ¿Para poner a mano las respuestas que uno no puede improvisar?

Ordenemos lo que dicen los ojos, aunque para mi, dentro de un completo orden, no hay lugar para un pensamiento nuevo. No hay lugar para inventar, ni para imaginar. En contraste, el completo desorden, es un cúmulo de ideas que intentan pasar todas al mismo tiempo por el mismo lugar y se quedan atrancadas.

En fin; me siento e intento traducir lo que dicen mis ojos, porque la censura es algo feo. Pero la autocensura, es muy pelotuda.

Un instante antes de levantar vuelo. Jorge Drexler.



Me hiciste señales, que debì entender.....y a los no se cuantos días, sigue habiendo mucho vuelo por levantar.

"Cancion que embellece la ciudad" - Gustavo Albornoz



"Quizas sea para el próximo carnaval".


Todas las canciones que evoquen carnavales, futuros o pasados, me sacan sonrisas.


(10 años después, de un timonazo puede que arreglemos algo).

sábado, 17 de septiembre de 2011

El beneficio de la duda.

En este mundo, todos quieren respuestas. Nadie está dispuesto a hacer preguntas sin el beneficio de quedarse con la duda. Porque quedarse con la duda, es un beneficio, ¿para qué vivimos? Para quedarnos con la duda. Una persona que no tenga dudas, no vive dignamente. Una persona que tenga todas las respuestas, termina por morir en la hoguera de la completa comprensión de las cosas.
¿De qué sirve este caminito, si ya se sabe como van a ser los pasos?

domingo, 11 de septiembre de 2011

Las comuniones.

Me descubrí. Estuve en los aires. Arriesgado. Me detuvo el tiempo en una foto. En una imagen. Cruda. Pegada, sostenida por hilos, invisibles. ¿Sabes? Hay manitos que nos sostiene.
Los ojos tienen alma propia. Ven disfraces donde no hay, o ven las cosas, simples, como son.
Vi una foto, la misma foto. Desde el mismo balcón. Años para atrás o para adelante, no importa, pero era igual. La casa tallada en piedra, que resistía. Y tú viste lo mismo. Viste la misma casa, con tus ojos. Pero era igual.
Vi, también, un barco, con nombre de mujer. Ana Carolina. No me importaron las historias de los pescadores, ni de la sal en el casco. Tampoco a vos. Nos importo el nombre.
¿Puede el río hacerse cargo de lo que hacen sus peces? Hoy vi dos fotos, diferentes, de dos partes del mundo, opuestas, vistas por otros ojos. Pero vieron lo mismo que los míos.
Y casualmente, también hoy, pase por una iglesia, y vi unos niños festejando su primera comunión. ¿Cómo se celebran las otras comuniones? ¿Acaso, cuando dos personas ven el mundo de una misma forma, no es una comunión? Hemos recibido al mundo de igual forma, sin saberlo, y pienso, ¿cuantas otras comuniones me estoy perdiendo? ¿de cuantas comuniones he formado parte, en silencio, sin saberlo?
El pecho me late de dudas, me inunda la causa conjunta, y un fueguito interno que me dice, bajito, que no estamos tan solos, sólo andamos desencontrados. Sólo andamos, para encontrarnos.
Celebremos las comuniones de ojos, mientras sostengo el mundo para que le des un pincelazo.

sábado, 10 de septiembre de 2011

¿Cuando termina la infancia?

¿Cuando termina la infancia? Debe ser un momento en el que dejas de pensar en cosas tontas, como que si estiras los brazos podes volar como superman, o dejas de sentir que los brazos de tu madre te pueden defender de todo. O cuando le das más valor al trabajo que al poder tirarte sobre un pasto verde y contar las hormigas.
Hace unas semanas murió Candela, un nena que secuestraron y termino apareciendo en un descampado. En un punto, murió en el mismo momento que la secuestraron. Porque la arrastraron a un juego de grandes, de delincuentes, de periodistas que inflan globos, de política, y de mentiras. ¿Cuántas veces la vendieron y la compraron antes de encontrarla? Pasa que a veces, pagan los inocentes, y eso es triste, triste, triste…los niños a sus juguetes.
Es lo que me da más tristeza, la interrupción de la infancia, la perdida de inocencia. ¿De qué forma se hubiese vuelto atrás? ¿De qué forma se hubiera seguido adelante?
La palabra justicia me es difícil de entender. ¿Qué justicia puedo encontrar luego del asesinato de alguien? Lo justo sería que no hubiese muerto. Todo lo que venga después, será un intento de ponerle equilibrio al mundo. ¿Qué justicia puede haber en la muerte de un asesino? Un asesino es un ladrón de vida, un ladrón de momentos, caerle con todo el peso de las palabras escritas termina dejándome una sensación de castigo, merecido o no, pero no de justicia. Me hace sentir raro la posibilidad de encontrar consuelo en el castigo de otros. Cuando el dolor ocupa un lugar demasiado agudo, no existe consuelo eficaz.
No importa el lugar que pueda ocupar el arrepentimiento, ni el perdón. Corren por un lado muy lejano.
La justicia no existe, en ningún lado de este mundo. Ni la salomónica, ni la de la propia mano. No existe justicia, ni la de los abogados ni en los juzgados. Existe el destino, y existen los hechos históricos, lo que ha pasado, y lo que mejor podemos hacer de ellos, es aprender. Ni siquiera el sol termina siendo justo. ¿O no has sentido que por más que lo intente, no alumbra a todos por igual? Por más que este ahí, para todos.
Conclusión: Vale la pena ser bueno. Tal vez, no te libres de llevar una cruz, pero creo que puede pesar mucho menos. Los malos no van ganando, sólo tienen mejores agentes de prensa. Si los invade la duda, prueben:
Salgan al sol, lean, obsérvense en los espejos de las damas, en las pecas de los niños, digan “buen día”, digan “buenas noches”, ríanse. La historia de este mundo, la escriben los buenos, no hay que dudar de eso. Pero en toda historia, hay capítulos tristes.
Ahora se porque tengo unos playmovil en mi auto, para que no duerma el niño, ese que es mío, el que me dice: Hey! Qué me tienes olvidado! Deja de hacer cosas aburridas y ponte a jugar un rato…y de a ratos le hago caso, y juego, a pesar de todo.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Los portadores de pecas VI

A la niña con nombre de flor.

Te miro de costado. Casi para poder adivinarte, más que verte. Cuento una, dos, tres. La cuarta se confunde. Esa, la que esta justo debajo de la línea del medio de tu frente. Todas esas, las de tu nariz, ¿cómo se hace para contarlas? Parecen una mancha, en forma de continente ¿Cuántas más habrá? ¿Mil? Dios sabe si me quedo corto. ¿Será la cantidad de pecas de tu cara igual a la altura de una pirámide egipcia en centímetros?

Las pecas te alunan la cara, la alunan tanto que no me sorprendería, sentir un eclipse de peca en la mañana.

Vale, no soy bueno para los inventarios. Hay quienes se desarman por un lunar encima de los labios, pues a mi, me parece lindo una cara poblada de pecas. No se, llamenlo conciencia gremial, o como les plazca. Sólo déjenme contemplarlas.


Me encanta que seas así, carne y pecas.

Los portadores de pecas V: Cosa de pecoso.

Estaba mirando por la ventana y justo vi un pájaro.
Pensé: si le pregunto al tipo que tengo al lado porque vuelan los pájaros, seguro que me dice un montón de cosas aburridas de la diferencia de presión que generan las distintas velocidades en las alas, y de la sustentación, los perfiles aerodinámicos, el ángulo de ataque y no se cuantas cosas más.
Para mi que las aves vuelan porque sino el cielo se vería muy quieto. Sobretodo cuando no hay nubes. Imaginate tirado en un campo abierto, boca arriba, mirando el cielo, sin una sola nube. ¿Qué certeza tendrías de que el mundo no se detuvo?
Yo tengo una foto de un cielo, uno sin una sola nube, y como justo hice foco en la parte donde no estaba el sol, la gente me dice que es una foto de una cartulina. Yo no los puedo culpar, la gente tiene la libertad de ver lo que quiere. Lo triste es cuando, sólo ve lo que puede, y por más esfuerzo que haga, se quedan ahí….
A veces me siento en el medio de Art. ¿Habrá pensando en mi Yasmina?


sábado, 3 de septiembre de 2011

La cara de uno.

¡Ok! Uno tiene la cara que tiene, y poca culpa tiene. Tal vez la genética te pueda explicar, ¿a quién? ¡A vos! De las ojeras en la que descansan tus ojos, o los pelitos que te salen de la nariz, o de la oreja; del culito de vieja que se forma en la pera, o del gancho de percha que te sobresale de la nariz, de las líneas en tu frente. Aunque tal vez las líneas de la frente sean culpa del tiempo, sumado a la persistente respuesta de “poner cara de bull-dog”.
Claro, los surcos que se te forman junto a los ojos, no sirven para guardar nada, y esas ganas de rellenarlos se van evaporando cuando entendés que, en definitiva, quedan peores disfrazados que al natural, porque están llenos de tiempito y noches. Pero ¡no os ofusquéis! Conozco gente que está más arrugada que nosotros, y no los he visto paseándose por las noches de carnavales. Y están arrugados por afuera, como pasas de uva, pero es imposible saber que tan arrugados (o no) están por adentro. Al fin y al cabo, por adentro somos todos iguales, un puñado de órganos vitales, como dos riñones, un hígado, dos pulmones, un corazón y medio cerebro. Y créanme, yo he visto más de una enciclopedia médica, y son todos horribles, todos tienen un aspecto baboso. Incluso, si te ponés a pensar en cuando te comes una vaca, ¿qué es lo más fácil de comer? ¡Lo de afuera! ¡La carne que envuelve los órganos!
Los hombres sensibles se la pasan hablando del corazón, y ¿alguien ha visto un corazón alguna vez? Es feo. No hay que darle vueltas. Es feo como un carburador o un motor. De última estos, si están limpitos, tienen partes brillosas, creo.
A veces, somos sólo mascaritas. Todos. Ponemos cara de pava hirviendo, de canción de eicidici, de monumento a la burocracia, de paralelepípedo, de lengua a la vinagreta, de prohibido estacionar, de silencio, de Ford Falcón, o simplemente de nada. ¿Y qué nos pasa por adentro? Seguro no somos concientes de la cara que le ponemos al mundo, del espasmo facial que le regalamos a una sorpresa o una desgracia. Somos condescendientes con el  dolor y ponemos cara-de-lluvia, o somos amarretes con los colores y ponemos cara de blanco&negro.
Así va uno por el mundo, mintiendo con la cara, para que nadie se de cuenta que lo domina o lo enloquece. Escondiendo los dientes, para negarle propaganda a nuestros dentistas, o hacerles un favor.
La cara de uno es así, la que le tocó, no la que te miente el fotógrafo ni tu tía. Un inventario que consta de boca, nariz, ojos, labios, dientes, frentes y cachetes para simplificar, y el pelo como marco. No se tiene culpa sobre ella, pero se es responsable de la que se pone, ¿se entiende? Si ponés cara de culo, corrés el riesgo de que te refrieguen con papel higiénico.

Mirando al mundo desde un balcón III


Mirando al mundo desde un balcón II


Mirando al mundo desde un balcón I