No deseo ser realista, pretendo escribir música pero con palabras, porque los recuerdos suceden con música. Tengo trucos en el bolsillo y cosas bajo la manga, pero no quisiera ser un prestidigitador común. Pese a todo, no he podido determinar, si quiero mostrarles la verdad con la apariencia de la ilusión, o por el contrario, la ilusión con la apariencia de la verdad.....las palabras me preceden, me sobrepasan. Tengo que tener cuidado: sino las cosas se dirán sin que yo las haya dicho. Así como un tapiz está hecho de tantos hilos que no puedo resignarme a seguir solo uno....mi enredo surge porque una historia está hecha de miles de historias....



martes, 30 de agosto de 2011

(...)
Felipe Celsio, su jefe, movía las manos, como quien da vueltas a una gran manija. En cada palabra que soltaba, parecía que, poco a poco, se llenaba de aire un globo.
Goyeneche, se puso serio. No habló, no se le escapó ni una palabrita, ni una sílaba, ni una letra. Se quedo quieto, mirando un punto fijo, como una bailarina de ballet.
El goyo había aprendido de las mujeres, a esas mismas a las que había cortejado, a las que había abandonado, las que le habían entristecido el alma con indiferencia, que el silencio también es respuesta. Que no siempre hay que hablar, porque cuando las palabras no pueden ser más dignas que el silencio, más vale callarse.
Que la duda que genera el silencio, incluso en las respuestas tácitas, a veces es el peor castigo para quien necesita una respuesta.
El silencio, puede ser eso, un castigo. Y mientras tanto un globo enorme le iba tapando la cara...

martes, 23 de agosto de 2011

Los portadores de pecas - I, II, III & IV.

A los portadores de pecas, por las causas comunes.
I

Vos sabes, los portadores de pecas, hemos crecido escuchando que nos salpicaron con mierda, y nos tapamos la cara con un colador, y ya esta bien, ese chiste sólo nos hizo gracia las primeras cinco veces.

Yo compro la historia que escuché el otro día, en la plaza Guemes, en Palermo. Una abuela le hablaba a su nieta. Ella, colorada y pecosa, casi en llanto, se quejaba de sus pecas. Y su abuela le decía que si la inocencia hubiera de tener un color, ese color sería marrón. Y que las pecas, no son otra cosa que las manchas de la inocencia con que Dios nos salpicó a cada uno cuando nacimos. Y, por supuesto, algunos se han atajado demasiado bien y no tienen ni una sola peca, en cambio otros han agarrado un colador y así les ha quedado la cara. Las pecas son marquitas de inocencia. Y que no tenía que avergonzarse, porque la inocencia, es un valor y no un defecto.

Pues claro que sé que Dios no se ocuparía de andar salpicando de inocencia a los bebés, él tiene que estar más ocupado haciendo que un arquero ataje un penal o a un estudiante le toque el tema que estudió o a un tipo la vecina le dé bola. Pero he comprado la idea. Cosas que le ocurren a uno cuando esta dispuesto a que el mundo sea lo que uno se cree, por unos momentos.

Más aun cuando de niño he tenido muchas pecas, y con el tiempo las he perdido. Pero puedo estar tranquilo; si me miro en el espejo de cerca, todavía me diviso alguna.

Los portadores de pecas tenemos una ventaja respecto al resto, y se puede ver a simple vista.


II


Te dilato las pupilas, a besos lentos. Resbalo la curva y contracurva de tu cintura. Choco contra los botones de tu camisa. Descubro las pecas en tu pecho y dudo. ¿Puede el erotismo ser tan inocente?
Habrá que hacer equilibrio, como un funambulista, sostenido entre las pecas de tu pecho y dejar caer la duda junto a tu corpiño. Mi peor decisión en este momento, sería abrir un debate acerca de las diferencias entre pecas y lunares.

III


Los portadores de pecas, defendemos el derecho al delirio. Tenemos derecho a caminar por los cordones creyendo que son hilos suspendidos entre dos edificios altos. Tenemos derecho a creernos que las damas nos seducen en cada saludo. Tenemos derecho a pensar que mañana va a llover licor de chocolate, y la humedad se va a condensar en las ventanas como galletitas recién horneadas.

Los portadores de pecas, hemos crecido creyendo que el mundo se apoya sobre dos rosas, cinco unicornios, y veinte pinos.

Los portadores de pecas estamos convencidos que el hambre, la injusticia, la guerra, la estupidez y la pobreza se van acabar. Y cuando eso pase, la mitad de los abogados se van a evaporar y volverán al infierno. La otra mitad va a quemar los libros de leyes y se dedicará a escribir poesía con rimas consonantes, plantar árboles y tener hijos.

Los portadores de pecas, tenemos derecho a pensar que el sol nos guiña el ojo. Tenemos derecho a pensar que todos los pájaros del mundo están ejecutando una sinfonía por separado, y un día vendrá a la Tierra quien pueda hacernos escuchar esa sinfonía al unísono.

Cosas que le ocurren a los portadores de pecas, cosas que les ocurren a quienes están dispuestos a vivir en un mundo de fantasía, cosas que pasan si te convences que el mundo puede ser lo que uno siente que es.

IV


Los portadores de pecas también nos equivocamos. Hemos maldecido a Newton e intentado abolir la ley de la gravedad. Creyendo que esta imponía que había que hacerse problema por todo, que todo era importante, y cualquier cosa fea que a uno le pasará era grave.

Que tontos, sólo es la que hace caer las cosas.

NOTA: Algunos portadores de pecas no han desistido, e intentan abolirla de todos modos. Les parece simpático que algunas cosas no caigan, excepto los gobiernos bobos. No están de acuerdo con que el planeta los intente mantener con sus piecesitos sobre ella. Adicionalmente, ellos sostienen que las cosas deben caer porque alguien las tira y no porque la tierra las atrae.

miércoles, 17 de agosto de 2011

El mundo no andará sólo, andará con nosotros.

Recuerda compañero, recuerda camarada. En la historia de este mundo, siempre ha habido gente solidaria y gente miserable, infame.
En las escuelas primarias, siempre habrá, por lo menos, un pibe dispuesto a prestar un lápiz, tal vez con una etiqueta con su nombre. En cambio habrá otros que se escudarán en un pretexto absurdo, desde que la madre no les permite prestarlos hasta que no quiere que se le gaste.
Seguramente siglos atrás, el artesano le pedía prestado una vasija a su vecino, y hoy en día, un vecino le pide a otro, la máquina de cortar pasto.
Las amigas se piden la ropa prestada, los hermanos se prestan los juguetes, y los amigos se prestan plata para la cerveza.
Pero si ponemos atención:
Cuándo le prestamos la máquina de cortar pasto al vecino, ¿Qué nos devuelve? Una máquina de cortar pasto.
Cuando le pedimos prestado una lapicera al compañero, ¿qué le devolvemos? Una lapicera
Cuando tu hermano te pide 200 pesos prestados, ¿qué te devuelve? 200 pesos.
Ahora bien, cuando le pedimos al banco 1000 pesos, ¿qué le devolvemos? 1000 pesos, más una suma en concepto de intereses: 200, 300, lo que sea.
Y aquí la mayor desgracia del mundo. Vivimos manejados por un comando de usureros, que están dispuestos a prestarnos, siempre y cuando le devolvamos más.
¿Y sin embargo? Ellos tienen tu sueldo, en una cuenta, y la de tu vecino a quien le prestaste la máquina de cortar pasto, y la de la mayoría de la gente. ¿Y qué hacen? La mueven, la pasan de una bolsa a otra, y generan más dinero. Jugando, apostando, sin mover un dedo ni una neurona. Dejando pasar, dejando andar. Nadie en este mundo se ha vuelto millonario sin ocultar una infamia. La embolsan, la dividen, se la dan a uno, se la dan a otro, se la dan al gobierno, se las dan a las corporaciones.
¡Compañero! ¡Camarada! Las empresas no producen bienes, las empresas producen dinero, financiándose de sus proveedores y clientes, mordiéndole un día en la fecha de pago, apostando al descubierto del banco. Las empresas compran y venden tiempo.
¡Compañero! ¡Camarada! Los países se compran y se venden contigo dentro. Inevitable. Tu trabajo no tiene valor, tu esfuerzo tiene precio. Tu precio, está metido en una bolsa de dinero imaginario que gira de Europa a China, se hace bono o acción, o un precio futuro del oro. Tu trabajo se transforma en un crédito hipotecario. Te muestran siete pero te dan cinco para que devuelvas seis.
Compañero, este mundo nos quiere comer hasta los bichitos del bolsillos, en este mundo se esta apostando tu cabeza mientras estás mirando el televisor. En este mundo se permite cualquier juego con el dinero, cuando el único juego de dinero que debería permitido es la quiniela, ¿sabes por qué? Porque es el único juego en el cual uno apuesta a algo que soñó…
¡Compañero!, ¡camarada! 
Estamos solos, cantándole a la luna,
esperando que nos devuelva una sonrisa,
estamos solos,
esperando a las damitas de corazón tierno,
estamos solos,
silbando palabras chiquitas, esperando.
¿Acaso has visto algo grande que no espere?
¡Espera compañero! ¡Espera camarada!
Espera el pasto, el sol, la melodía, la poesía,
espera las palabras, la luna, el carnaval, 
espera la risa, lo bello, la gloria,
espera la voz de una dama en tu oído,
espera la sonrisa de los niños en la puerta de tu casa.
Espera.
Pronto dormirá el Laissez faire et laissez passer,
y el mundo no andará sólo, 
andará con nosotros,
y nosotros con él.

domingo, 14 de agosto de 2011

"No hay en el mundo
nada bueno que en su origen
no contuviera una infamia."
Anton Chéjov.

Fuego. A veces, se siento fuego en las venas.
Goyeneche lo sintió. Desde el momento que cruzo la puerta. Esa mañana sería diferente. Lo sentía en la piel de los brazos. Miro las oficinas, miro las plantas, miro los despachos, miro las carteleras, miro las máquinas de café, las máquinas de agua.
Se sentó en su puesto de trabajo, y permaneció unos segundos. Fue desde ahí que el goyo lo vio a Felipe Celsio, su jefe, contando plata, mucha. Vio como luego la metió en un sobre, y ese sobre en el segundo cajón de su escritorio.
Lo sabía, ese sobre debía ser de él. ¿Robar? ¿A quién? Ese dinero era mal habido, lo sabía, era una coima.
Se detuvo a pensar si era justo. Cuando no hay justicia, ¿se puede realizar justicia por uno mismo? ¿Qué tan bien o qué tan mal estaría si se adueñaba de ese dinero? Sabía que era justo que no ellos lo conservaran, pero no estaba seguro si estaba mal de adueñarse. ¿Importaría el fin que le diese al dinero?
Pensó en la diferencia entre delito y pecado, en como se confunden y se mezclan. Sería delito que se adueñase del dinero, pero ¿sería pecado? Si usase el dinero para una causa noble, con que cara Dios podría mirarlo, y señalarlo con el dedo y acusarlo.
-Hasta Diosito esta de mi lado- dijo.
Recordó el cuento de Chèjov, comprendió aquello de que todo lo bueno en su origen en una infamia. Estaba dispuesto a entregar, en cualquier caso, su reputación, su honor civil, a fin de lograr su sueño.
Espero. La paciencia es el arma de los grandes, de los que aspiran la gloria. Lo sabía.
El momento llego, la oficina se vació, sólo quedaban él, y algunos pasos hasta el segundo cajón del escritorio de Celsio que tenía el sobre con el dinero, el sucio, mal habido, lleno de perjuicios, y pecados. Simplemente caminaría hasta el escritorio, abriría el cajón, y tomaría el sobre. Cerraría el cajón y se iría.
Al tomar el sobre se detuvo. Se tomo un segundo, como quien se relaja antes de ejecutar una sinfonía. Contó hasta cuatro y no dudo, se bajo la bragueta, y orino sobre el escritorio de Felipe Celsio. Sucio, amarillo, y espumoso. Repartió su orina por las patas del escritorio, por los cajones, y por todo los lugares que dio abasto. Guardo el sobre en el bolsillo y se fue, sonriendo se fue.

viernes, 12 de agosto de 2011

El muro.


Se necesita construir un muro de 2 metros y 50 centímetros de alto y un largo de 2 metros. Se utilizarán ladrillos huecos de 12cm x 18cm x 33cm.
Si un albañil especializado puede levantar a razón de 4 filas de ladrillos por día. ¿Cuántos días se necesitan para levantar el muro?
Lo que nos enseñaron en la escuela primaria, nos dice que llevará 4 días de trabajo, 3,5 para ser exactos.
Nuestro razonamiento matemático, nos lleva a pensar que si tuviésemos dos albañiles, necesitaríamos 1,75 días. Dado que las dos personas deberían tener el mismo ritmo de trabajo.
Luego uno crece, y lo que sabemos de matemática, ya no nos alcanza.
El albañil, no puede trabajar al mismo ritmo cuando arranca la pared que cuando esta ya tiene dos metros. El hecho de trabajar arriba de una escalera le roba tiempo. Por otro lado, el tema de agacharse…claro, a pensar: si el albañil tiene sus años, puede que el segundo día le duele el ciático, y te deja colgado.
A todo esto, los sindicatos suelen tener sus cuidados con el trabajo en altura, y en algunos lugares, se entiende que por encima de los dos metros es trabajo en altura, y te piden que este otra persona debajo, e incluso puede que haya que contratar a un ingeniero en seguridad e higiene para verificar la forma de trabajo.
Y muchas veces teniendo dos albañiles, se superponen, y no necesariamente van a hacer el trabajo en la mitad del tiempo, y peor si sumamos más albañiles. Ni hablar que si apuramos el ritmo corremos el riesgo de que el cemento no se asiente correctamente y se nos venga abajo la pared. Y roguemos que estos dos no se peleen y dejen la obra por la mitad.
Mi Dios, que albañil y que tanto…¡yo he visto un espacio enorme! Lleno de esperanzas, sueños, preámbulos y calorcitos….y he visto a una mujer levantar un muro, en un abrir y cerrar de ojos, cerrando el camino…con un solo gesto, con una sola mueca, con sólo una bocanada de palabras. No he encontrado un puto libro de matemática que diga que sólo se necesita una mujer y un par de segundos para levantar un muro. Ni he encontrado ningún libro que me diga la forma de derribarlo. Putos libros, inútiles.

domingo, 7 de agosto de 2011

Calma el alma

Calma el alma, tu aura de mujer serena
Quita las manchas quita las penas
Salva el naufragio en tus caderas
Perfuma mis ratos de rotas cadenas
Y me digo que es por cabellos de hilo
Que quiero dormir en tus piernas
y despertarme en tu ombligo.

O

Calma el alma, tu aura de mujer serena
Quita las manchas quita las penas
Abre el tiempo de rotas cadenas
Y casi me digo que es por tu risa
O tu sueño de sonrisas
O los trazos de tiza de tus manos,
Que quiero dormirme en tu cuerpo,
Y enlazarme en sueños en tus cabellos de hilo
Para despertarme placidamente y satisfecho, en tu ombligo