Un gitano en un descampado. El viento le despeina los cabellos.
Se agarra los pelos con violencia, con vergüenza, para tapar los lugares pocos
poblados. Lleva la camisita abierta, blanca con pintas grises, de solapas
anchas. Abre los brazos. Mucho viento. Tiene dos atados de Melbourne, y un
paquetito casi vacío de fósforos.
Abre el paquetito y cuenta cuatro.
Ismael: Lumbre. ¿Quién tiene lumbre? Luz que rompe oscuridad. Tengo los
pulmones limpios de tan poco fumar. Limpios; como mi sangre; pura; wuzho. No me
mezclo, soy cepa pura. Sangre que es limpia, por única. (Intenta encender un fósforo, la combustión se inicia pero apenas pasa
a la madera, el viento la vence).
Marimé. (Intenta encender otro
fósforo, mismo caso). Siempre intentando, fallar y fallar y huir. Siempre
huir. (Intenta con el tercero). Gitano que no fuma; gitano marimé. Viento que
despeina. (Intenta con el último y se
rompe al medio). Madera insípida. Viento pulgoso, trae coplas de gauchos,
de criollos; sangre sucia. ¿Qué querés? La palabra lo es todo, ¿qué querés?
¿Llevártelas? Entre gitanos la palabra es todo, lo escrito se vuela, no vale
nada…nada…Porque está lo puro y lo que no. Está lo blanco y lo negro; y está
bien. Porque está el fuego que quema y el agua que apaga. El sol y la luna. Lo
que es, y lo que no.
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