No deseo ser realista, pretendo escribir música pero con palabras, porque los recuerdos suceden con música. Tengo trucos en el bolsillo y cosas bajo la manga, pero no quisiera ser un prestidigitador común. Pese a todo, no he podido determinar, si quiero mostrarles la verdad con la apariencia de la ilusión, o por el contrario, la ilusión con la apariencia de la verdad.....las palabras me preceden, me sobrepasan. Tengo que tener cuidado: sino las cosas se dirán sin que yo las haya dicho. Así como un tapiz está hecho de tantos hilos que no puedo resignarme a seguir solo uno....mi enredo surge porque una historia está hecha de miles de historias....



miércoles, 12 de septiembre de 2012

Serenata de Alicia y la almohada. (III-Ejecución).


Alicia baila y amasa la almohada. La arropa y confía.Y entonces la vida es calor, es tener una almohada donde poner la cabeza y hablarle, contarle. Alicia le cuenta historias de cosas que no han pasado.
Alicia ha aprendido que el silencio también habla. Que el silencio también crea, deja lugar y entonces ya no se muerde los labios si no que los relaja. Y lo que espera no son las respuestas de un puñado de plumas y el único miedo es darse cuenta de que ella puede pensar de forma oscura y tenebrosa, porque el resto del mundo también puede hacer lo; y entonces la inocencia se vuelve el platito de la taza de té de una abuela, que lo ve, lo siente, lo usa, pero lo ignora, simplemente no le presta atención.
Alicia ejecuta su serenata, como todas las noches. Canta suave y luego todo es sueño para afuera, pero para adentro es otra cosa. Te lo explicaríamos camarada, te lo explicaríamos, pero, por ahora, somos celosos de nuestra revolución, la cuidamos tanto que es casi un secreto…tampoco es tan fácil andar de palabra en palabra contando lo que Alicia siente.
Alicia se alivia. Camarada, parece que andamos solos, parece, sosteniendo esto tan grande que le decimos mundo. 

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