No deseo ser realista, pretendo escribir música pero con palabras, porque los recuerdos suceden con música. Tengo trucos en el bolsillo y cosas bajo la manga, pero no quisiera ser un prestidigitador común. Pese a todo, no he podido determinar, si quiero mostrarles la verdad con la apariencia de la ilusión, o por el contrario, la ilusión con la apariencia de la verdad.....las palabras me preceden, me sobrepasan. Tengo que tener cuidado: sino las cosas se dirán sin que yo las haya dicho. Así como un tapiz está hecho de tantos hilos que no puedo resignarme a seguir solo uno....mi enredo surge porque una historia está hecha de miles de historias....



viernes, 28 de septiembre de 2012

Siameses.


…y lo que resta entonces es configurarse de formas extrañas, nocturnas. Unirnos en algo parecido a una ceremonia o a caer en un pozo profundo, tan profundo que no importe donde caigamos sino el acto de caer juntos.
¡Qué nos tengan miedo! ¡Qué se crucen de vereda al vernos! ¡Qué el terror, hijo mudo de lo nuevo y por ello desconocido,  los invada y les paralice los dientes! ¡Qué se rompan la cabeza pensando, decidiendo cuántos somos! ¡Qué los empleados del Registro Civil malgasten su tiempo debatiendo si deben darnos uno o dos documentos de identidad!
Porque ellos dudan creyendo que el mapa es territorio, desconocen los procedimientos que hemos establecidos por el cual este hombro es mío, ese ojo es tuyo y este pecho es solo un campo de batalla. Y lo interesante son los momentos en los que los olvidamos y vos miras con mis ojos, yo toco con tu mano, y ambos caminamos con nuestros pies.
Somos monstruos. Somos tan monstruosos así; juntos, siameses, pegados, en esta negociación constante de decidir de quién es este corazón estúpido y tonto que compartimos; y, a veces, ninguno de los dos quiere hacerse cargo…

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