Escribir
en castellanto, mezclar las palabras con mocos y lágrimas, limpiarlas con
pañuelos babosos, usados y viejos. Empastarlas con recuerdos e imágenes
descartables. Descartarlas con dolor y trampa; enterrarlas. ¡Pulirlas con
pañuelos y llanto! Con obsesión psicológica, psicosomática, pensarlas,
recorrerlas. Gastarlas, hasta dejarlas brillantes, casi sin uso. Envolverlas en
celofán. Palabras nuevas, regaladas, recorridas a lágrima seca, revueltas en
whisky. Escondidas en los cuadros de Goya, en las canciones de Jaques Brell, en
las letras Gelman, en Gelman, en las metáforas de Cortázar, en Rayuela, en los
celestes, en las pecas, en la Sonrisa. En todo; están ellas; las asesinas, las
perras negras, las que siempre pierden…las palabras.
No deseo ser realista, pretendo escribir música pero con palabras, porque los recuerdos suceden con música. Tengo trucos en el bolsillo y cosas bajo la manga, pero no quisiera ser un prestidigitador común. Pese a todo, no he podido determinar, si quiero mostrarles la verdad con la apariencia de la ilusión, o por el contrario, la ilusión con la apariencia de la verdad.....las palabras me preceden, me sobrepasan. Tengo que tener cuidado: sino las cosas se dirán sin que yo las haya dicho. Así como un tapiz está hecho de tantos hilos que no puedo resignarme a seguir solo uno....mi enredo surge porque una historia está hecha de miles de historias....
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