La cuadra había pasado tres días sin luz.
Era tarde, muy tarde, pasada la medianoche y Alicia leía Verano y Humo de Tennesee Williams alumbrándose con una linterna. Y entre las voces de John y Alma, escuchó los gritos de alegría de sus vecinos.
-¡Volvió la luz!
Alicia se levantó y fue hasta la habitación de sus padres, encendió la luz y gritó con alegría.
-¡Volvió la luz!
Los padres se movieron lentamente, abrieron los ojos pegados de sueño y ante la luz eléctrica sonrieron.
-¡Ah! ¡Volvió la luz!...bueno…apagala y anda a dormir Alicia.
A veces el mundo no está dispuesto a festejar las pequeñas cosas.
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