No deseo ser realista, pretendo escribir música pero con palabras, porque los recuerdos suceden con música. Tengo trucos en el bolsillo y cosas bajo la manga, pero no quisiera ser un prestidigitador común. Pese a todo, no he podido determinar, si quiero mostrarles la verdad con la apariencia de la ilusión, o por el contrario, la ilusión con la apariencia de la verdad.....las palabras me preceden, me sobrepasan. Tengo que tener cuidado: sino las cosas se dirán sin que yo las haya dicho. Así como un tapiz está hecho de tantos hilos que no puedo resignarme a seguir solo uno....mi enredo surge porque una historia está hecha de miles de historias....



domingo, 4 de diciembre de 2011

Ser justos.

Hace unos días, me di cuenta que tengo algunos conocidos, con ideas que me dan miedo. Transcribo:
C: “Que corto te quedaste Jorge Rafael Videla”.
J:“Tan poquito le falto…qué le costaba?”. (sic).
M: Cual?? Que dejo en pie a mas de un zurdo terrorista que hoy estan en el poder engañando al 54 porciento de la poblacion para poder llenarse los bolsillos y vengarse de los soldados que defendieron la PATRIA! que hoy en dia tenemos. (Gracias soldados por tanta valentia! ).” (sic).
Aislándome de que la falta de acentos y el uso de los signos de pregunta y exclamación como los ingleses me da urticaria en los ojos, me llena de tristeza lo que leí, las expresiones de C, J y M.
Estas ganas de vivir, que se ven golpeadas por el derecho que tenemos cada uno a desanimarnos pero alimentadas por la obligación de volver a animarnos con cualquier incentivo. Este mundo, tan hermoso, que defiendo, en el que creo, como un terco. Pues este mundo, también está tan jodido, trampeado y mezquino, que no lo entiendo.
Quiero ser una persona de pensamiento amplio. Ser militar no es mala palabra. Una de las personas de las cuales quiero aprender, estudiar, es militar. El General Manuel Savio. Pues no entiendo entonces, en que parte del camino, se ha mezclado todo, y se ha trazado una línea, y hemos quedado algunos de un lado y otros del otro.
Puedo creer que entre todos los desaparecidos, más de uno, haya sido terrorista. Es posible que, en este mismo momento, alguno le este sirviendo un trago al diablo, mientras se acomoda la bragueta, riéndose. Pero ¿vale la pena irse intentar dormir tranquilo, si alrededor, entre los no desaparecidos, hay quiénes quieren romper con la justicia? Si eran terroristas, merecían ser juzgados y condenados. ¿Castigados? (Si fuera música, aquí pondría varios compases de silencio). Nuestra Constitución nos indica que las cárceles no deben ser un castigo, sino una forma para la readaptación social de los criminales.
Justicia. En la boca de la mayoría, no deja de sonarme a castigo. ¿A quién le sirve un castigo? ¿Sí el castigado no va a aprender y recapacitar? ¿Si la víctima, ya fue lastimada? La verdadera justicia, sería que volver el tiempo atrás y que no le suceda nada a la víctima. ¿Es correcto que me suene imposible?
Ulpiano decía que la justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho. Y ese derecho, es el vivir honestamente, sin hacer daño y dando a cada uno lo que le corresponde. Veo poca justicia. Muy poca. Incluso entre los más estudiosos. Entiendo lo que decía Platón, que una República debe ser gobernada por gente sabia, justa.
Nada dijo Ulpiano acerca del tiempo. ¿En qué momento hay que darle a cada uno su derecho? Lo que interpreto que nos dice Ulpiano, es que la justicia empieza con uno, cumpliendo esos preceptos.
Bertoldt Brecht habló acerca de los analfabetos políticos, que de su ignorancia, nace la prostituta, el menor abandonado y el político corrupto. No puedo dejar de preguntarme: ¿qué es peor? ¿Un analfabeto, o alguien que escribe con errores de ortografía, sin respetar una sola regla, y sobretodo, sin aprender, nunca, nada?
Aquellas palabras, me suenan a delito y a pecado. ¿Podría denunciarlos? Pensé en hacerlo en facebook. En enviarle el dato a las Madres de Plaza de Mayo. En hablar con algún amigo abogado. O simplemente enviárselo a la persona que los tomó en aquella empresa multinacional, a la que pertenecí. La misma que tuvo un pequeño centro clandestino de detención en aquellos años. La misma que fue fundada por una persona que le vendió tanques a los nazis, y cuyos escritos inspiraron a Hitler para escribir su infame “Mein Kampf”. En estos tiempos en los que se habla de responsabilidad social de las empresas. ¿No deberían estos puntos, tenerse en cuenta? Me miró para dentro entonces. ¿Hasta que punto se es coherente con uno mismo? Con las cosas que dice, y las que defiende, tímidamente. ¿Qué me lleva a haber pertenecido a un lugar así, a sabiendas de todo esto, y aun así, poder acusar, señalar?
Por otro lado, vuelvo a pensar en la justicia, en el castigo. ¿De qué sirve un castigo, cuando sé que no van a cambiar la forma de pensar? He estudiado algo de los sistemas penitenciarios, su historia. La concepción de John Howard, el panóptico de Bentham y las reflexiones de Foucalt. Estos me enseñan que la prisión, debe ser un medio de resocialización, de moralización. Nada recuerdo acerca de un caso así. Supongo que se espera que los criminales sean de las esferas de poca educación, y entonces es fácil comprender que su resocialización, se base en la estimulación de valores humanos básicos, como el trabajo y el respeto. ¿Pero que se hace cuando quiénes comenten los delitos son gente con educación, capacidad de razonar y entender? Tal vez, no vendría mal deseducarnos un poco.
Una amiga me hizo ver que cuando a Florencia De la V la criticaron por querer adoptar un bebé, le dijeron cosas feas, horribles. Ella simplemente contestó que todos éramos libres, y podíamos pensar lo que quisiéramos, que se sentía muy feliz de poder ser y hacer lo que sentía. Por lo tanto, que se podía opinar, sin importar lo que se dijese.
Me siento raro citando a Florencia de la V. Pero creo que es la mejor reflexión. Simplemente hay que ser abiertos, y dejar que cada uno piense lo que quiera. Maldigo el “Laissez faire et laissez passer, le monde va de lui même”, pero bajo la cabeza, y lo aplico aquí.
Debemos de ser justos, todos nosotros, viviendo honestamente, sin hacer daño y dando a cada uno lo que le corresponde, para que este mundo este menos jodido, menos trampeado y menos mezquino.
Nota.
La libertad de expresión es muy compleja. Cuando aprendamos que significa por separado, libertad y expresión, tal vez, podamos empezar a combinarlas. 

1 comentario:

Carolina dijo...

Me encanta la etiqueta que la has puesto a la entrada.
Me he maravillado leyéndote, cosa rara, ya que temas como estos me aburren, o quizás no interesan. Aunque creo que la forma de expresarlos dice mucho. Así que curiosamente me ha gustado esta entrada sobre justicia. Este mundo dista mucho de ser justo, y creo que como tú dices, sí, deberíamos empezar por nosotros mismos y ahorraríamos muchas injusticias. Pero el mundo es demasiado grande y no podemos cambiarlo.
Un beso.