No deseo ser realista, pretendo escribir música pero con palabras, porque los recuerdos suceden con música. Tengo trucos en el bolsillo y cosas bajo la manga, pero no quisiera ser un prestidigitador común. Pese a todo, no he podido determinar, si quiero mostrarles la verdad con la apariencia de la ilusión, o por el contrario, la ilusión con la apariencia de la verdad.....las palabras me preceden, me sobrepasan. Tengo que tener cuidado: sino las cosas se dirán sin que yo las haya dicho. Así como un tapiz está hecho de tantos hilos que no puedo resignarme a seguir solo uno....mi enredo surge porque una historia está hecha de miles de historias....



viernes, 27 de mayo de 2011

El valor de las cosas IV

Adan Smith consideraba al trabajo como la unidad patrón para decidir el valor de las cosas. Una cosa, podía cambiar su valor, pero el trabajo que se necesito para producirlo es constante.

Pero claro: ¿Cuántos ires y venires de aguja tiene ese jean? ¿Cuántas manos la guiaron? ¿o fueron máquinas? ¿Cuántas personas ponen a punto esas máquinas? ¿Cuántos compran las telas? ¿Cuántos la reciben? ¿Cuántos hacen esas telas? ¿Cuántos la llevan? ¿Y las agujas? ¿Quién compra las agujas? ¿Cuantos hacen las agujas? ¿Cuantos se encarga de enseñarle a los que hacen las agujas, de cómo se hacen las agujas? ¿Quién diseña las agujas? ¿Y los hilos? ¿De donde salen los hilos? ¿Cuantos los llevan y los traen? ¿Cuántos deciden como guardarlos? ¿Cuántos deciden cuando usarlos? ¿Cuántos deciden cuanto hilo y cuanta tela, lleva el jean? ¿Cuántos deciden a quien vendérselo? ¿Cómo se le hacen llegar a quien se lo vende? ¿Cuántos lo venden?

Es casi imposible darse cuenta cuanto trabajo trae incorporado una cosa.

Y él que vende los jeans, el dueño del lugar donde se venden, él que los llevo, él que los cargo en el camión, él que los controló, él que los contó, él que los embaló, él que los hizo, él que le dijo al que lo hizo como lo debía hacer, él que le dijo cuando lo tenía que hacer, él que compro las telas, él que compro las agujas, él que hizo las agujas, él que decide cuantos jeans se van a hacer, él que puso la plata para poner una fábrica de jeans. Todos no se conocen entre si, y lo único cierto es que el trabajo de todos ellos tiene el mismo valor, aunque algunos digan que el trabajo de otros vale menos que el suyo. Eso sí, cada trabajo representa una cantidad de dinero diferente.

Porque atrás de todo, hay alguien mirándote como un número y decidiendo que tu trabajo representa el dinero que te dan. Ni un centavo más ni uno menos. A veces, es sólo lo justo para que puedas volver al otro día, a seguir haciendo lo mismo...

Tal vez, la única forma de joderlos, sea trabajar por la gloria...que ese jean sea el mejor de todos los jeans. La felicidad, la vamos a comprar, pero no con dinero, con el dinero que nos dan...malditos capitalistas....

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