No deseo ser realista, pretendo escribir música pero con palabras, porque los recuerdos suceden con música. Tengo trucos en el bolsillo y cosas bajo la manga, pero no quisiera ser un prestidigitador común. Pese a todo, no he podido determinar, si quiero mostrarles la verdad con la apariencia de la ilusión, o por el contrario, la ilusión con la apariencia de la verdad.....las palabras me preceden, me sobrepasan. Tengo que tener cuidado: sino las cosas se dirán sin que yo las haya dicho. Así como un tapiz está hecho de tantos hilos que no puedo resignarme a seguir solo uno....mi enredo surge porque una historia está hecha de miles de historias....



jueves, 17 de noviembre de 2011

La trama del miedo V

Alicia tiene miedo. Sí, miedo. Porque en un punto, el amor y el miedo se cruzan, se ven las caras, por un camino incomodo.
Ha de ser por alguno de los caminos que Alicia transita, sin entender demasiado, con ganas de volver sobre sus pasos, para alejarse, de ese miedo tonto, y ese amor que le cruza el pecho como una puñalada de fruta cubierta en chocolate y dulce de leche empalagoso.
Ha de ser ese gustito a uva, que pronto será vino, que le deja el amor en la boca. Que la tiñe de colores pardos, de vetas de nogal, y olores dulces ¿Quién no le ha tenido miedo al vino? El miedo a que se agote el vino, digo, y aún estemos sobrios, con la vista totalmente sana, sin alegría en las manos, y sea todo aburrido, y melancólico, como los besos de saliva seca avejentada. Alicia tiembla por la idea que se agote el vino y el amor se confunda.
Alicia tiene miedo que el amor le muestre primero los dientes, antes que los labios. Y que esos dientes sean filosos y amarillos como dientes de fumador. Y que esos dientes guarden besos de aliento tramposo, engañoso. Aliento de osos mentirosos, que abrazan con garras y no con brazos de árbol.
Ha de ser el miedo pariente del amor. Si algo ha aprendido Alicia, es que una familia, a veces, tiene sus bemoles, y sus sostenidos. Que es difícil cantar al unísono. Alicia sabe, si ha tenido tías que enloquecieron, y ha escuchado historia de malos hermanos que se peleaban por intereses tontos. ¿Por qué no esperar que el miedo le meta un palo en la rueda al amor? Si ha tenido un primo que se perdió en el miedo, y una abuela que murió de amor. Si ha tenido una hermana que por miedo no amó, y una hermano que amó sin miedos. Si ella misma ha temblado, sin saber, si era por miedo o por amor, o una mezcla de ambos.
Alicia tiene miedo, de que ese amor que transpira, se seque. Que quede seca. Porque el amor que llena el vaso, es invisible, y aunque a veces lo rebalse, no sabe cuanto queda. - ¿Cuánto amor pusieron en mi vaso? – pregunta Alicia. Porque sabe que ella llena los vasos, pero sabe Dios cuanto le sirvieron a ella.
Alicia tiene miedo, ¿y qué?

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