No deseo ser realista, pretendo escribir música pero con palabras, porque los recuerdos suceden con música. Tengo trucos en el bolsillo y cosas bajo la manga, pero no quisiera ser un prestidigitador común. Pese a todo, no he podido determinar, si quiero mostrarles la verdad con la apariencia de la ilusión, o por el contrario, la ilusión con la apariencia de la verdad.....las palabras me preceden, me sobrepasan. Tengo que tener cuidado: sino las cosas se dirán sin que yo las haya dicho. Así como un tapiz está hecho de tantos hilos que no puedo resignarme a seguir solo uno....mi enredo surge porque una historia está hecha de miles de historias....



domingo, 10 de julio de 2011

...yo buscaba una mujer que no le tuviera miedo al viento. Porque cuando hay algo lindo, también hay viento. Más allá del dolor, de los placeres, de caminar juntitos de la mano, de besarse como quien toca un acorde consonante, de husmear en la lluvia, de separar las ramas, de clasificar los diarios en viejos y viejísimos.



La que no este dispuesta a soportar el viento, no esta dispuesta a conmoverse, ni a caminar en puntas de pies sobre un piso de madera, con el temor de la sorpresa, ni a descubrir que la luna brilla pesadamente pálida junto al mar, en silencio.



Hay que bancarse el viento. Hay que tener ganas de abanicar y dejarse abanicar. Hay que soportar sentirse una hoja de un árbol, sabiendo que cuando veamos las raíces, estamos sueltos, estamos muertos...

1 comentario:

Ma. Elena Torres dijo...

Hay que saberse despeinar para entender la vida y sobre todo, para gozarla.