"A la mujercita más estúpidamente hermosa".
Yo la soñaba hermosa. Desanudando los nudos de mi ombligo, mirándome, hablándome con la voz bien nasal, mientras me hundía los dedos en el pecho.
Yo la soñaba con la mirada picara, con los ojos como almendras, mirándome trepada en mi cadera, mordisqueándome la oreja.
Yo la soñaba con la mirada picara, con los ojos como almendras, mirándome trepada en mi cadera, mordisqueándome la oreja.
Yo la soñaba, jugando al equilibrio, conmigo, hasta que finalmente, tropezábamos, y caíamos, y rodábamos en una sucesión de aplastes y desaplastes.
Yo la soñaba con ganas, la soñaba cuando me dejaba hacerlo. Me era difícil convencerla. Le insistía todas las noches.
-Déjeme soñarla, déjeme. Prometo que sólo la sueño un poco, mañana tengo que levantarme temprano, y si la sueño mucho, me retumban las z en la cabeza hasta el mediodía- Le insistía.
Yo la soñaba vestida, pero de a poco le desdibujaba los vestidos, les descosía los breteles, le cortaba las remeras, le arrancaba las medias, le desarmaba la bombachita.
Yo la soñaba hablando, pero de a poco, la callaba, le invadía el espacio entre la oreja y el pecho, y me imaginaba que su cuello era una glorieta.
Yo me tiraba en la cama, y la soñaba. Hermosa, estúpidamente hermosa. Yo la soñaba tan hermosa, que me daba miedito verla, no confiaba que podía soñar tan real.
2 comentarios:
Qué sueño tan estúpidamente enternecedor!!! Me encantó. Le enlazo.
Que lindo sueño soñó.
¡salú!
Lucía
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